miércoles, 10 de agosto de 2011

Aztecas


Aztecas

Los mexicas.
Fuentes
Apuntes
¨Historia de América Latina¨Bethell
¨cultura pre colombina¨Lemann
Dr. Angel Guevara.


Una de las realizaciones a destacar, en la cumbre de su evolución política y cultural, fue la manera de forjarse una imagen de sus propios orígenes, su identidad y su desarrollo.
El rey Itzcoatl en el 1430 ordeno la quema de todos los libros antiguos, desarrollando en su lugar una nueva tradición. La cual transmitirá una imagen del pasado que se ajustaba a  sus necesidades e ideales de grupo.
Los mexicas son explícitos en lo que respecta a la clase de existencia que tenían que soportar en Aztlan  Chicomóztoc, lugar de donde decían ser originarios. En su lugar de origen estaban sometidos a un grupo dominante. Los  describen como los Tlatoque (gobernantes) y Pipiltin (nobles) de Aztlan Chicomóxtoc. Los mexicas se refieren a ellos mismos como macehualtin, plebeyos, con la connotación de siervos. Estaban obligados a trabajar para los Tlatoque y a pagar tributo.
Los mexicas abandonan  su lugar de origen, inspirados por Huitzilopochtli, sacerdote, el cual comunica los designios de uno de sus dioses. La profecía se cumple, y el sacerdote se deifica a se mismo.  En su peregrinar fueron pobres en extremo, en Aztlan se dedicaban a la agricultura para beneficios de otros, más tarde pasaron a ser cazadores y recolectores. Los mexica seguían a sus sacerdotes, formaban grupos cuyos nombres eran Calpulli; cal casa, calpulli, gran casa.
Sus leyendas hablan de que un dios huitzilopochtli, dio si palabra de proteger a los que pertenecían a las ¨casas¨ los que tenían vínculos de sangre, los que desobedecían tenían consecuencias nefastas, según sus propias versiones, ellos disfrutaban describiéndose como un pueblo que no era aceptado con veneración.
La isla de tenochtitlan, donde los mexicas se habían establecido había pertenecido a los Tepanecas, en 1426 muere chimalpopoca, luego estalla la guerra entre tepanecas y mexicas.
La victoria sobre los Tepanecas hacia 1430 hizo que se sentaran las bases para realizar el status político y socioeconómico  de los pipiltin mexicas.
Significo además la total independencia de la señoría mexica y el punto de partida de sus realizaciones.
1426-1440  Itzcóatl era de cambios y conquistas.
1440-1469  Moctezuma I hui camina ¨el viejo¨ consolido el poder  y da nombre al pueblo de Huitzilopochtli.
1469-1484 Axayácah
1481-1485 Tízoca
1486-1502 Ahuitzoh
1502-1520 Moctezuma II

El dominio Azteca se extendió. Su poder militar, junto con su convicción de su propio destino tuvo como resultado una continua expansión política y económica.
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Luego de  un largo viaje que les va a llevar varios siglos se instalan en una Isla.
La cual según la profecía tiene un árbol de Nepal, con un águila en él la cual tenía una serpiente en el pico.
El nombre Azteca deriva de Azteclan que quiere decir, de las regiones del norte.
Las ciudades eran centros ceremoniales y políticos.
Cuando los aztecas se aproximan a una ciudad, los dejan instalarse, pero lejos de esta; por su mala fama pero si  los usan por así decirlo en guerras con otros reinos.
Llegan a la cuenca de México entre los siglos XII y XIV, es un valle rodeado de elevaciones, donde se encuentra el lago Titcoco, construyen la ciudad en el año 1325.
Las armas que poseían son de madera o piedra (oxidiana), barrote de madera que tenían en su terminación puntas muy filosas. Como una lanza pero con varias puntas. Se defienden con un escudo protector de tela, tejidos de algodón, usaban un casquete en la cabeza; hechos en madera, los cuales tenían forma de animales, rellenos en su interior de algodón.
Ya instalados en el lago comienzan a construir su ciudad, edificaciones de piedra.
Por ejemplo, templo del sol, de la luna, palacios, casa para los sacerdotes, etc.
Dado que se instalan en una isla en medio de un lago han de improvisar para cultivar, dada sus pocos espacios.  Por lo tanto la agricultura se realizaba en ¨chinambas¨, balsas flotantes a las que les colocaban de 10 a 15 cm de tierra, sujetándolas unas a otras y finalmente a tierra.
No necesitaban riego por estar sobre agua. Cultivaban maíz, mandioca, tomate, yuca, ají, son básicamente vegetarianos por necesidad, dado que no había animales grandes, complementándolo con la pesca.
Además de cultivar en el agua, también lo hacían en montañas, a 3000 y 4000 mts de altura. El producto de estas chinambas estaba destinado una parte Para los templos, otra para el rey y la ultima  a los calpulli, familia. La cual debía durar hasta la próxima cosecha. Son grupos endogámicos, se casan dentro del grupo familiar. Los templos aztecas tienen una escuela, en donde difunden sus raíces; para niños nobles. Así como para niños que tengan cualidades para dedicarse al sacerdocio. Se les enseña y encamina el camino religioso.
La propiedad privada no existe, el individuo solo no existe, lo que tienen es propiedad del rey sol. Cuando los aztecas se instalan ya habían otras ciudades en la zona, negociando llegan a formar la triple alianza.
El rey azteca sobresale porque va a estar en continua guerra, en continua expansión, y las ciudades conquistadas van a entregar a dicho rey su tributo en especies.
El oro es para los dioses. En este material se hace todo lo relacionado a su figura, los instrumentos o recipientes que usan para los dioses, no se usa el oro como moneda de intercambio.
Las otras poblaciones eran aliadas, voluntarias o por la fuerza.
Dentro de los tributos también estaban las tierras, que era lo que más necesitaban los aztecas.
En el mundo azteca, las personas tiene que pedir autorización para ir de un lado a otro, las personas nacen crecen y mueren en un mismo lugar.
La población de Tenochtitlán  está en el entorno de los 80 mil a 230 mil habitantes, mucho más que las que había en las ciudades europeas.

El agua que consumen los aztecas circula por canales limpios, cuando se necesita agua para lavar, esta se traslada hacia otro lugar. En el centro de la ciudad se encontraba el templo mayor al dios sol y a la diosa luna.  Habían casas para visitas importantes, palacios los cuales tenían baños, piletas con agua para aseo.
La mayoría de la población era campesina.

Asenso social por vida, no se transmite a los hijos, el grupo social más bajo campesinos y artesanos. Por debajo de este grupo estaban los esclavos, los cuales no eran gente.

La serpiente como poder maligno de la tierra.
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martes, 9 de agosto de 2011

Altas culturas Americanas: Los mayas

Altas culturas Americanas
Los mayas






Pueblos que forman un estado, Mayas en el Peten y península de Yucatán.
Los Mayas son originarios de las regiones del Peten, bosque tropical, región interior de la zona de Yucatán, zona con abundante vegetación; climas cálidos los 365 días del año.
En las planicies escasa vegetación, escasos ríos, encuentran cenotes, a los que se les ha de brindar culto
Los cenotes son  pozos de agua subterránea  .los cuales don adorados por los Mayas como dioses, en el fondo de ellos se han encontrado restos de sacrificios humanos, jóvenes y niños. El cenote da vida, porque el agua da vida.
7000-5200 ac
Se descubren en zonas donde se instalaron alimentos tales como el maíz, frijoles, calabaza, pimientos, etc.
3400-5200 ac
Se descubren aldeas semipermanentes.
Formativo o preclásico
2000 ac- 250 ac
Aumento de población, alimento seguro, como su consecuencia sedentarismo, cambios en  organización política, organización en ciudades estados.
A principios del último milenio llegan mayas a la península de Yucatán.
Aparece el idioma Maya, entre el 100-250 comienzan  a organizarse en señoríos.
Periodo clásico 250 -900dc.
También denominado periodo teocrático, los sacerdotes más fuertes sustituyen en algunas ciudades a los gobernantes.   Los Mayas no tienen ejércitos especializados, estos están conformados por los propios habitantes de las aldeas.
Halach uinic  hombre verdadero.
Este es un cargo hereditario, por vía masculina, encargado de administrar y gobernar, en caso de guerra es quien comanda el ejército, nombra a los jefes. Usan distintivos para diferenciarse de los aldeanos.
Post clásico aprox. 1000 dc

Decadencia.
Los motivos por los cuales caen pueden ser cambios climáticos, algunos arqueólogos dicen que  fue debido a un enfriamiento el cual provocó  malas cosechas, y además se da una invasión por parte de los Toltecas, pueblo  guerrero.
Los mayas abandonan sus tierras y se van a zonas de selva más profunda.
Los sacerdotes juegan un papel fundamental, ellos son los encargados de de cifrar que necesita determinado dios. Estos, los dioses, se  manifiestan en la naturaleza.  Se les brinda tributo en especies, objetos valiosos, así como en los cenotes se ofrendan personas jóvenes, elegidas por los dioses.
Además de ser los que saben de escritura, grifos, símbolos, que son de cifrados en la década del 60 y 70.
 Se forma la liga de Maya pan siglo XI al XIII, en el occidente estamos en la alta edad media.
Maya pan, Chichén, Uxmal.
El halaco uinic fue el encargado de gobernar estas ciudades, se organizan en confederaciones de ciudades, el rey casa a sus familiares directos hija-hermanas, con los familiares directos de los  que dirigen estas ciudades.
Aparece el Náhuatl idioma Azteca en  la zona, comerciantes quizás.
A pesar de ser un pueblo agrícola son continuas las guerras, las cuales permiten conseguir esclavos, el estado de guerra hace que las ciudades se asocien, pero manteniendo sus reyes, dioses.
Existen dos formas de agricultura, extensiva e intensiva.
Milpa zona de tierras para cultivo del maíz, para el riego se construyen canales, para llevar el agua a las zonas donde es escasa, canales de piedra.
El robo es penado con la muerte, en sus comienzos la agricultura de los mayas fue de tala y roza.
Se construyen pozos Chultunes, donde se junta el agua de la lluvia.
El intercambio de producto se da a corta y larga distancia, dentro y fuera de la región, los animales usados para transportar los productos son esclavos.
Productos   cacao, maíz, copal, (ricina de dicho árbol que se usaba para pegar diferentes objetos)- los intercambian por vestimentas, telar, en América el telar es horizontal, utiliza el algodón, cerámica de lujo, suntuarios.
La  unidad básica es la familia extensa, organización patri lineal, las mujeres no existen.
Estratos sociales nobleza y campesinos.
Los sacerdotes son un sector privilegiado, que se transmiten de padres a hijos.
Los mayas fueron grandes observadores del cielo,  observan y dibujan constelaciones, permitiéndoles poder ubicarse, guiarse y no perderse.
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Cultura Maya
Es un territorio y una zona geográfica muy variada, y bien delimitada.  En esta maravillosa civilización se dieron variadas manifestaciones culturales, a saber arquitectura, pintura, astronomía, conocimientos matemáticos.  Se desarrollo en selvas tropicales, montañas, planicies inmensas, y llega a nuestros días a través de sus ciudades, templos, palacios, altares, murales y códices.
Esta civilización tuvo grandes avances aun para nuestra época, en lo que refiere a matemáticas, astrología y calendario.  Se desarrollo en un territorio aproximado de 400.000km cuadrados, en Mesoamérica, abarcando la península de Yucatán, Quintana Roo, Tabasco y Chiapas, además del Istmo de Tehuantepec  en México, toda Guatemala, Belice, parte occidental de Honduras y El Salvador y una pequeña parte de Nicaragua. Albergaron diversos grupos étnicos, lenguas y estilos de vida.
Existen dos ambientes  en el área Maya, el de las tierras altas y el de las tierras bajas.
Las tierras altas están formadas por tierras montañosas de más de 3000mts de altura, en los que nacen los ríos Usumacinta y Motagua y se encuentran los lagos Atitlan y Amantillan.
Las tierras bajas tienen como centro el Peten en Guatemala, donde las aguas que bajan de las montañas (tierras altas) forman dos sistemas fluviales.  En la zona norte existe una gran planicie, (Campeche y Quintana Roo) en ella desaparecen los ríos el agua superficial es escasa.
Esta falta de agua es compensada por las aguadas, cenotes, y Chultunes.
Los cenotes son de origen hidrológico, mantos acuíferos naturales.
Los Chultunes son depósitos artificiales de agua, de lluvia.
    Periodo preclásico
Dio inicio en el 2500 ac. Con el primer asentamiento en las montañas; los primeros mayas que se establecieron en la península de Yucatán lo hicieron en el año 1600 ac. Y los que se establecieron en tabasco lo hicieron hacia el 900 ac.
En el preclásico inferior vivían en casas que tenían por paredes palos unidos entre sí por barro y techo de teja. Estas casas estaban ubicadas alrededor de cenotes.  Eran recolectores, practicaban la caza y la pesca, tenían una agricultura de temporal.
En el preclásico medio, sus actividades más importantes eran la agricultura, el comercio, y la cerámica. 
En el preclásico superior, los mayas, tienen contacto con los Olmecas, luego del cual los mayas, desarrollan el calendario, la cuenta larga, y la escritura.
Se destacan las ciudades de Copan, Chichen Itzá, entre otras.


Periodo clásico
Fue la época de oro de los mayas. La población había crecido, y la agricultura se había desarrollado bastante. Se levantaron terrazas en las zonas montañosas, en territorios con ríos o lagos se construyeron canales de riego. Se consolida entre el Peten y el valle de México un activo comercio. Surgen los artesanos, se construyen sitios con centenares de edificios, pirámides, monumentos con inscripciones, todas las actividades se realizan bajo la dirección y supervisión de la clase dirigente, que había establecido un gobierno teocrático, sacerdotes en los cuales residían los poderes civiles y religiosos, esta clase dirigente se sostenía de los tributos que le entregaban los campesinos y los artesanos.
Las ciudades que florecen en este periodo fueron Uxmal, Iza mal, Kabah, etc.
Periodo postclásico
Se desarrollo en la zona norte, ya que los mayas que sobrevivieron a la catástrofe del abandono de las ciudades de la zona central, las cuales continúan su desarrollo afectados por las influencias culturales de otros grupos, caso por ejemplo de los mayas puntunes o chontales.
Luego de un largo camino se ubicaron en Chichen Itzá y de allí se extendieron hacia la costa oriental y tierra adentro.
En chichen Itzá se concentro el poderío Itzá, razón de que esta ciudad sea centro militar, político, comercial, y religioso, transformaciones que lo llevaron a su florecimiento, por ejemplo las construcciones de el grupo de mil columnas, el gran juego de pelota, el castillo, etc.
Se cree que el auge de Chichén Itzá se logró gracias a un periodo de paz de 200 años, hecho posible por la organización en el año 1000, de la liga de maya pan, alianza política realizada entre los gobernantes de Uxmal, Chichén Itzá, y maya pan.
Luego de 200 años  y de una ¨revolución¨ el poder político, y comercial que se ejerció desde Maya pan se dividió en 17 diecisiete casi cados llamados Cuchcabal, o provincias independientes y rivales, aunque con alianza entre alguna de ellas.
 Unas de las manifestaciones mayas más espectaculares fueron sus construcciones, integración de la construcción al entorno. Además se han encontrado altares, murales, etc.; donde se han esculpido para la posteridad los grandes sucesos históricos de los mayas.
Otro ejemplo es la pirámide Jaguar con 70 mts de alto y 40nmts de base, también construyeron acueductos, drenajes, fortalezas, murallas, etc.
Escritura
Existen pocos testimonios escritos, estos fueron grabados sobre papel Amate de corteza de árbol, a nuestros días sobrevivieron 3 los cuales están en Dresde, Madrid, París (códices); en forma de libros en maya pero con alfabeto castellano tenemos por ejemplo el Popol Vuh de Chichicaste nango, etc.
Religión
Religión panteísta ya que adoraban a la naturaleza y a los fenómenos atmosféricos.
Religión politeísta ya que adoraban a varios dioses.
La religión Maya aun no es entendida completamente por los estudiosos.
El creador del mundo era Hunab, y se creía que su hijo Itzmná, señor de los cielos, de la noche y del día había otorgado a los mayas la escritura, los códices, y quizás el calendario.
Los rituales y ceremonias se asociaron con ciclos terrestres y celestes que fueron observados y grabados en calendarios Mayas. Los sacerdotes mayas tenían la tarea de interpretar estos ciclos y realizar un panorama profético sobre el futuro, basándose en el número de relaciones de todos los calendarios.
Los sacerdotes se purificaban mediante el ayuno, la abstención sexual y la confesión. Los mayas creían en la existencia de tres planos del cosmos, la tierra, el cielo, y el inframundo.
El grupo sacerdotal era el de mayor poder, la autoridad religiosa tenía en sus manos, el conocimiento científico, fundamental para la vida en comunidad.
El sumo sacerdote era llamado ahau kan mai (señor serpiente)controlaba los rituales, las ciencias, escribía los códices mayas, los religiosos como los históricos; administraba los templos, y era el consejero de el Halach Uinik, máximo gobernante. 
Los mayas practicaban sacrificios de seres humanos y animales para renovar y establecer relaciones con el mundo de los dioses.
Los mayas tuvieron una medicina que fue una combinación de ciencia y magia. Ya que consideraban que las enfermedades tenían tanto causas naturales como sobrenaturales.
Los médicos mayas eran llamados Ah-men, ellos diagnosticaban a través de los síntomas, hay médicos especializados como, herbolarios, hueseros y parteras.

lunes, 8 de agosto de 2011

Origen del hombre Americano .....Prehistoria en América


Origen del hombre Americano


En América el hombre prehistórico, es mucho más joven que el europeo.
Llegaron a América según una de las teorías, la más aceptada, ingresando  por el Estrecho de Bering, Beringía.
En el comienzo, se fueron dando una serie de calentamientos globales,  lo que fue permitiendo la formación de lagos  ríos. Luego de la última glaciación y posterior calentamiento es que aparece el hombre en América. Estos hombres llegan de las regiones más orientales de lo que hoy es Rusia, cruzan caminando el Estrecho de Bering, ingresando por lo que hoy es Alaska, pasando luego a distribuirse por el continente, detrás de su alimento. Estos hombres se alimentan del  Mamut, Bisonte, etc. Van en búsqueda de su alimento por las regiones costeras cercanas al pacifico y por las praderas de la hoy América del Norte.
Los hombres primitivos cazan, recogen frutos, comprobando por medio del ensayo y error si eran venenosos o no.
Se han encontrado restos fósiles que datan de 10.000 años ac. En América del sur los los restos encontrados datan de 3.000 años ac.
Eran cazadores, recolectores.

Etapas de Evolución Cultural.
Lítica
Arcaico
Clásico
Post clásico
                                                                                                                                                                    
En el 10.000 ac el clima cambia tornándose más cálido, al ser un clima más agradable ya no se hace tan necesaria la vida en grutas o cuevas. Esto lleva a que se comiencen a instalar en praderas. Comienza el uso de piedras, para atacar a los animales, así como   el uso del fuego, tanto crearlo como mantenerlo, para   cazar a  los animales más pequeños se hizo necesaria la utilización de otros elementos. Por ejemplo flechas, estas se crearon golpeando dos piedras, de estas se obtenían lascas que eran incrustadas en puntas de palos o varas, formando así una flecha. Las mejores flechas encontradas son las de Clovis en USA luego le siguen    las de FOLSON, estas  flechas eran pulidas arena y agua. Estas tienen una antigüedad de 9000
 Años aproximadamente  hecho este comprobado mediante la técnica de carbono XIV.
Con los sucesivos cambios climáticos los grandes animales desaparecen, sobreviven los de menor tamaño   aparecen  también nuevas plantas.
El paleolítico termina con el comienzo de la agricultura, esta tiene desarrollo en la montaña.
En el año 3000 ac comienzan los primeros intentos de agricultura en México Yucatán, en la meseta central posterior a los mayas. Los Aztecas practicaran la agricultura en el agua,  los Mayas en terrazas, las poblaciones más al sur, en los Andes construirá escalones en las montañas, Incas  e Aimaras. Cuanto más difícil se tornaba conseguir alimento en la región, 
Los pobladores se exigían más mentalmente para conseguir su alimento en la zona donde se encontraran. El  hombre realizo una serie de cambios, domesticando la naturaleza que le rodea.
En la zona del Amazonas se cultivaba tubérculos, maní                         
En la zona de Mississippi girasol
En México maíz, calabaza, porotos, palta, algodón, tomate y cacao.
En california tabaco
En América del sur papá, xuca mandioca.

Periodo formativo 1500 al 300 dc.
Al estabilizarse los grupos de pobladores, comienzan los intercambios  y también las diferencias sociales. Acompañado además por los cultos  a dioses y espíritus, existen personas que se comunican con ellos, sacerdotes, los cuales están ubicados en un lugar privilegiado. En Mesoamérica surgen sociedades más complejas, encontrándose restos con una antigüedad de 2500años ac. Los más antiguos son los Olmecas que se caracterizan por realizar imágenes en piedra, representados con las cabezas gigantes.
En América del sur las civilizaciones más antiguas se encuentran en Bolivia, en el altiplano, los Aimaras.
Para trasladar los alimentos que cosechaban, así como el agua se hizo necesaria la creación de recipientes. Los primeros hechos con hojas y mimbre, luego con barro, secados al sol.
El hombre se dedico a la caza mientras la mujer se dedicaba a la recolección, aun no hay sedentarismo la caza y la pesca sigue siendo base fundamental en su dieta.
Hacia el 3000 al 2000 aparecen las primeras aldeas, comienza el intento de cultivo lo cual implica que comienza el establecimiento de las personas en un lugar determinado.
2000-1500 ac se comienzan a instalar en las tierras bajas de montaña,  en la península de Yucatán están los Olmecas los cuales se instalan en Belice.
3000-1000 ac  aparecen los Aimaras.
En Yucatán se encuentra una mayor vegetación,  con lluvias estacionales.
Luego de que la lluvia cae en abundancia, entre varios hombres tiran árboles abajo, los queman, cuando las cenizas aun están tibias se mezcla la ceniza con la tierra, se hace un hueco y se colocan en el, ¨semillas¨ restos de frutos o verduras, tubérculos, etc., para intentar su crecimiento… así también se realizan la construcción de campos elevados, estos se realizan en lugares donde abunda el agua.
Además de los mayas, Incas, aztecas y Aimaras hay una gran variedad de indígenas en América, entre ellos los Mapuche (chile), Toba, Guaraníes… 
Mesoamérica antes de 1519
Fuente  Historia de América latina de Leslie Bethell
Los comienzos de la historia de América Latina corresponden a quienes poblaron, habitaron estas tierras antes del contacto con los europeos. Lo cual se cumple en Guatemala, México, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Perú, Ecuador, Bolivia, las cuales tienen profundas raíces precolombinas.
Mesoamérica se encuentra  se encuentra entre dos masas continentales, América del Norte y América del sur, es decir la zona donde se desarrollo las altas culturas, con diferentes rasgos físicos, como los golfos de Tehuantepec  y Fonseca, en la costa del pacifico, la Península de Yucatán  y el golfo de Honduras, en  la costa del Caribe, esta zona donde se desarrollan las altas culturas, muestra una mayor variedad geográfica y ecológica, que cualquier otra región del planeta. Las verdaderas tierras tropicales de Mesoamérica están en las tierras bajas,  bien regadas, de Vera Cruz y Tabasco, la península  de Yucatán cubierta por el monte.
Las regiones de tierras altas, sierras, y las dos mesetas meridionales son templadas  en clima, y vegetación.  
Las tierras del norte de Mesoamérica, meseta central  y la actual frontera EUA-México  es de un clima muy diferente, muy similar al de los desiertos de América del norte. La vegetación se reduce a cactus, algunos arbustos, yucas, palmitos, etc.
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La prehistoria en el caso de América comienza entorno a unos 35.000 ac, cuando aparentemente  el hombre alcanzó el continente a través del estrecho de Bering.
Los restos humanos más antiguos descubiertos por el momento son de 9000ac en Tepe pan,  40km al nordeste de ciudad de México.  Durante un largo periodo, habitaron la región grupos de recolectores y cazadores.
Pasaran unos tres o cuatro milenios para que  el hombre iniciase en Mesoamérica el  proceso que lleva a la agricultura. La producción de cerámica se produjo mucho más tarde sobre el 2300 ac, en varias zonas  comenzaron a aparecer  aldeas de agricultores y ceramistas.
Los habitantes de las aldeas se fueron dispersando, diferenciándose entre ellos por los puntos de vista étnico y lingüístico.
Entre todos se destaco un grupo en especial  en torno al  1300 ac, los Olmecas. Se han   descubierto esculturas  colosales algunas de 3mts de altura, entre otros monumentos.
Los Olmecas fueron los primeros en erigir grandes complejos de edificaciones, con fines religiosos. Incluia pirámides de barro, túmulos largos y circulares, altares tallados en piedra, tumbas, sarcófagos, cabezas de basalto, etc. Mascaras de jaguar, formas de mosaico verde, lo que muestra una  división del trabajo, mientras muchos continuaban con la agricultura otros se especializaban  en distintas artes y artesanías, defendían el grupo, comerciaban, se dedicaban al culto de los dioses o intervienen en el gobierno, que probablemente estaba en manos de los religiosos.
Los Olmecas  adoraban a un dios Jaguar omnipotente.  Las ofrendas encontradas en tumbas son evidencia de un culto a la muerte, y de creencias en el más allá. De todos modos continúan teniendo limitaciones por ejemplo la ausencia del uso de la rueda, así como la falta de  uso de metales hasta el 950 ac. Ausencia de caballos, gatos para domesticar. A excepción de los pavos para consumo y  los perros pelones mexicanos que eran la única compañía del hombre. Los perros se sacrificaban al momento de fallecer sus dueños para acompañarlos al más allá.
La influencia de los Olmecas se sintió hacia el 600 ac, en lugares  como Tlatilco, la agricultura se extendió y se diversificó, se cultivó algodón con éxito, las aldeas crecieron.
Teotihuacán la metrópoli de los dioses, es el mejor ejemplo de la culminación de la civilización clásica. Junto a las dos grandes pirámides de  Quetzalcóatl se han descubierto palacios, escuelas y diferentes tipos de edificaciones.
Había barrios, donde tenían sus hogares los miembros de la comunidad, rodeaban el centro religioso y administrativo, las calles eran empedradas, tenían un sistema de alcantarillado.
Los templos y palacios estaban decorados con pinturas murales, de dioses, pájaros, serpientes, jaguares, etc.
La metrópoli de Teotihuacán alcanzo su esplendor hacia el siglo V o VI dc. Y se extendió alrededor de 20 kilómetros cuadrados, con una población de al menos 50 mil habitantes.
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Mesopotamia


MESOPOTAMIA
Mesopotamia significa en griego "entre ríos". La región así denominada abarcaba inicialmente los territorios comprendidos entre los ríos Tigris y Éufrates. La Mesopotamia es una zona geopolítica con ventajas (comercio) y desventajas (invasiones).
Se dividía en dos zonas bien diferenciadas:
Baja Mesopotamia: Era la zona más habitada y se encontraba cerca de la desembocadura, donde las tierras son más fértiles. Más tarde recibió el nombre de Caldea. Los primeros habitantes que se conocen son los sumerios, que se situaron en la Baja Mesopotamia cerca del año 4000 a.C. A partir de allí esta zona fue invadida sucesivamente por una gran cantidad de pueblos.
Alta Mesopotamia: Esta área es una zona montañosa y de crudas mesetas. Fue habitada hacia el año 2300 a.C. por el pueblo semita asirio, por lo que más tarde recibió el nombre de Asiria. Allí los asirios debieron enfrentar la inhospitalidad del terreno áspero y pedregoso que sólo permitía la cría de ganado menor. A pesar de ello, el pueblo asirio logró expandirse hasta formar un gran imperio.
SUMERIOS Y ACADIOS
La civilización sumeria está considerada como la primera y más antigua civilización del mundo. Se organizaron en forma de ciudades-estado independientes que mantenían entre sí actividades comerciales: Ur, Uruk, Nippur, Lagash fueron las más importantes. Cada ciudad era gobernada por un jefe denominado en, después ensi. La expansión de las ciudades desembocó en enfrentamientos por problemas limítrofes.
Mito: los dioses eligieron a los sacerdotes para que gobernaran como intermediarios. Se trata de sacerdotes-reyes. Hierocracia: gobierno de los sacerdotes, representantes de los dioses.
El templo era el núcleo económico, político y social de la ciudad.
Las ciudades vivían peleando entre ellas por los recursos (territorio, agua). No eran pacíficas y por eso resultaba difícil la unificación.
Los sumerios inventaron la primera forma de escritura cuneiforme. Usaban estiletes con un triángulo de metal en la punta para practicar incisiones en tablillas de arcilla, y luego secarlas al sol o en hornos. Esto empezó como una necesidad contable en los templos por la complejidad de las transacciones y de los archivos.
“Un alumno sumerio” (documento en el mail): ensayo sumerio dedicado a la vida cotidiana de un estudiante.
Hay avances en tecnología y ciencia: rueda, calendario lunar, 4 operaciones fundamentales; además sabían elevar a potencia y sacar la raíz cuadrada.
Literatura: la Epopeya de Gilgamesh o el Poema de Gilgamesh es una narración de la Mesopotamia de origen sumerio, considerada como la narración escrita más antigua de la historia. El poema trata sobre las aventuras del rey Gilgamesh de Uruk, y su amigo Enkidu. Una de las tablillas relata un episodio muy parecido al de la Biblia sobre el diluvio. → “Gilgamesh” (documento en el mail).
Los acadios eran un pueblo de origen semita, establecido en el centro de Mesopotamia. El rey Sargón invade y conquista los territorios de Súmer y funda el reino de las cuatro regiones del mundo (que corresponden a los cuatro puntos cardinales) en el III milenio a.C. Después de la llegada de Sargón el poder civil desplazó el poder religioso, ahora el sumo sacerdote ya no era gobernante, nació la figura del Lugal (rey). Con la llegada de los acadios se instaló un sistema esclavista en lugar de la servidumbre de estado. Empezaron a escribirse leyes en tablillas (antecedentes del Código de Hammurabí).
→ Economía. Existían la propiedad pública (palacio y templo) y la propiedad privada. Para las transacciones comerciales se utilizaban el trueque o mercadería de aceptación universal (el siclo: lingote de plata de 8 gramos). Se desarrolló una enorme variedad de transacciones financieras y económicas por la existencia de la propiedad privada: contratos, transacciones con plazo a garantía, préstamos a plazo, hipotecas, pasaje de deuda a tres puntas, ventas a consignación, depósitos. Los préstamos privados tenían un interés del 33%, los préstamos de los templos tenían un interés del 6%. Además los templos otorgaban préstamos sociales (sin interés) a los más pobres. Para garantizar los contratos se utilizaba un cilindro-sello (arte glíptica).
Hay constantes luchas entre sumerios y acadios. Los acadios serían derrocados por los guti, habitantes de las montañas mesopotámicas apoyados por amplios sectores de la sociedad de Súmer. Durante el reino bárbaro de los guti algunas ciudades como Uruk y Lagash se convirtieron en refugio de los sumerios, y vivieron nuevos períodos de esplendor. Gudea, ensi (rey) de Lagash, creó un imperio comercial que pagaba tributos a los guti por establecer rutas de caravanas.
BABILONIA
Hacia el 2000 a.C. unas bandas semitas (amorritas) se establecieron entre el Tigri y el Éufrates, ocuparon una aldea acadia y la convirtieron en la ciudad más importante de la zona: Babilonia. Bajo el reinado de Hammurabí (hacia 1800 a.C.) se consolida la organización social y política de la Mesopotamia, habitada por gente de muy diversos orígenes. En este período se unificó la religión imponiendo a Marduk, dios de Babilonia, como dios nacional. Durante su reinado, Hammurabí mandó a construir canales, mejorar los sistemas de riego y edificar palacios y templos. Pero su contribución más relevante fue el Código de Hammurabí: 288 leyes grabadas en una estela de diorita, en la zona superior está representado Hammurabí delante del dios del sol, Shamash. Se colocaron varios ejemplares en los lugares públicos del reino, de modo que nadie pudiera alegar ignorancia de la ley como pretexto. Se trata de leyes preceptúales y fijan diversas reglas de la vida cotidiana. Norman particularmente la jerarquización de la sociedad, los precios, los salarios, la responsabilidad profesional, el funcionamiento judicial (tribunales de justicia), las penas (aparece inscrita una escala de penas según los delitos y crímenes cometidos; la base de esta escala es la Ley del Talión). Se tratan también el robo, la actividad agrícola y el daño a la propiedad (función social de la propiedad: obligatoriedad de propiedades productivas), los derechos de la mujer, los derechos en el matrimonio, los derechos de los menores, los derechos de los esclavos, homicidio, muerte y lesiones. El castigo varía según el tipo de delincuente y de víctima. Hammurabí se definía como gobernador guardián, afirmaba que el fuerte no podía oprimir al débil, que debía haber justicia para el huérfano y la viuda (la mujer recibía la dote después de la muerte del marido); se definía rey de la equidad y padre para su pueblo.
Invasiones indoeuropeas (1600 a.C.): comenzaron a llegar distintos pueblos de origen indoeuropeo, que no pudieron ser detenidos por los descendientes del rey Hammurabí:
-       los hurritas (fundaron el estado mitanio en el norte de Mesopotamia)
-       los hititas (fundaron el reino hitita en Asia Menor)
-       los casitas (lograron apoderarse del centro de Mesopotamia, con Babilonia, gracias a sus habilidades, sus caballos, sus carros de guerra y sus armas de hierro).
ASIRIOS
Eran un pueblo de origen semita, establecido en el norte de Mesopotamia, integrado al reino de Hammurabí. Con la invasión de los pueblos indoeuropeos, los asirios aprendieron rápidamente a utilizar y construir armas, mejorando la tecnología: torres de asalto de madera forradas en cuero, catapulta, cuerpo de zapadores entrenados para abrir boquetes en los muros de las ciudades asediadas. Los asirios tomaron fuerza y se dirigieron hacia el sur, creando un estado asirio. Luego comenzaron a invadir los vecinos reinos o imperios (Egipto, medialuna, norte de Israel) formando un imperio asirio. Las expediciones guerreras se llevaban a cabo con crueldad: se cortaban cabezas a los muertos y se tomaban prisioneros que eran encadenado para llevarlos consigo como esclavos o nuevos súbditos.
Los escultores asirios supieron representar con una gran perfección los animales salvajes, realizando relieves de escenas de caza de leones de gran realismo.
La capital es Asur. Otra ciudad importante es Niniveh, donde fundaron la primera biblioteca pública de la humanidad. Consistía en una colección de 22-25.000 tablillas de arcilla, a través de catálogos se podían encontrar las obras: diccionarios, listas oficiales de ciudades, tratados de matemática y astronomía, libros de gramática, magia, religión, ciencias, arte, historia, literatura. Una de las obras más famosas de la biblioteca es el Poema de Gilgamesh. En la puerta se encontraba la advertencia de maldición contra quien violara los sagrados principios de una biblioteca.
IMPERIO NEOBABILÓNICO o SEGUNDO IMPERIO BABILÓNICO
En el s. VIII a.C. los asirios son derrotados por una alianza entre babilonios y medos. Al recuperar su independencia los babilonios formaron el Imperio Neobabilónico. Herodoto describió Babilonia como una ciudad muy rica y con altos niveles de civilización. El apogeo del imperio se alcanzó bajo el reinado de Nabucodonosor II: creación de los zigurat de Marduk (Torre de Babel), la puerta de Ishtar, los jardines colgantes (una de las siete maravillas del mundo antiguo, en la que se unen el placer visual, olfativo y auditivo). El rey extendió las fronteras del imperio desde el valle del Éufrates a Egipto, tras derrotar a Siria y Palestina, tomando la ciudad de Jerusalén, destruyendo el templo de Salomón y haciendo prisioneros a sus habitantes (cautiverio babilónico de los hebreos).
CARACTERÍSTICAS GENERALES DE MESOPOTAMIA
→ Religión. El más allá de los sumerios es diferente del más allá de los egipcios. No desarrollaron tradiciones funerarias. El muerto es un ser que vaga en la nada (nergal). Los habitantes de la Mesopotamia eran politeístas, los dioses eran aterradores. Creían que los dioses controlaban el pasado y el futuro, que los dioses les revelaban las habilidades que poseían, incluyendo la escritura, y que los dioses les proporcionaban todo lo que necesitaban saber. No tenían la visión de que su civilización se hubiera desarrollado por sus propios esfuerzos. Cada ciudad tenía su dios protector (ejemplo: Marduk en Babilonia). A medida que el territorio fue conquistado por otros pueblos se fueron agregando nuevos dioses y creencias.  Creían en las dos magias (magia de salvación y magia negra), eran muy supersticiosos. Existían magos que invocaban a los espíritus para aplacar la ira de los dioses. Los sacerdotes practicaban numerosos ritos, como la adivinación (a través de las vísceras, el agua y aceite, los sueños y las desgracias) y los sacrificios. El templo es el zigurat, de forma piramidal, sin punta, con escalones y un observatorio astronómico. Los sacerdotes aprendieron a diferenciar astros y planetas y a estudiar la astronomía a través de la astrología. El homosexualismo era admitido y la prostitución también (las mujeres recibían a los extranjeros en el templo de la diosa Ishtar).
→ Sociedad. Se divide en:
-       Amelú, hombre libre: lo bienes que posee le aseguran disfrutar de su libertad
-       Mushkenú, hombre semilibre: la libertad es teórica, sus ingresos son tan bajos que no puede disfrutar plenamente de su libertad
-       Wardú, esclavo: por deudas o por guerras.
→ Economía. Se basa sobre todo en la agricultura: cebada, trigo, legumbres, sésamo (aceite), palmeras (dátiles y palmitos). El riego es complicado por la salinización del agua. También criaban ganado (ovejas, cabras, etc.), pescaban peces y cazaban aves gallináceas. La carne y el pescado se comían frescos (los ricos) o salados (los pobres). La ciudad era el centro de la vida económica, en los suburbios había almacenes, barracas, huertos. Nunca faltaba el muelle fluvial con las embarcaciones. Más allá de la ciudad estaban los pastores trashumantes que vivían en tierra de nadie (no había propiedades afuera de la ciudad) y se acercaban para intercambiar productos (leche, queso, lana). Todas las actividades económicas estaban reglamentadas. La actividad comercial fue muy activa dado que controlaban las rutas de comercio. Los metales llegaban desde Asia Menor, la madera (cedro) del Líbano y las piedras preciosas desde India. A partir de estos materiales se desarrolló la artesanía, metalurgia, ebanistería y orfebrería. Las familias se pasaban los secretos de fabricación de generación en generación.
→ Escritura. Etapas:
-       pictográfica: es la primera forma de escritura, que se desarrolla en Súmer y se compone de pictogramas, es decir, signos que representan objetos
-       logográfica: el signo puede representar varios conceptos
-       silábica: grupo de símbolos escritos que representan a sílabas, los cuales crean palabras.


Laura Gascón 

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domingo, 7 de agosto de 2011

Historia Antigua

Hace unos 20.000 años, durante la cuarta y última glaciación de la era cuaternaria, el hombre vagaba por la Tierra en busca de caza y recolectando frutos allí donde los hallaba. Cuando un grupo humano llegaba a una zona rica en caza o en vegetación comestible, establecían campamentos temporales hasta agotar los recursos, pero algunos se encontraron con parajes especialmente fértiles, hasta el punto de que se regeneraban antes de ser agotados, de modo que poco a poco fueron surgiendo campamentos estables o poblados dedicados a la caza y la recolección. Así fue como el hombre se hizo sedentario.
Tal vez los ejemplos más antiguos de este tipo de poblados (aunque no muy numerosos al principio) son una serie de asentamientos escalonados en el tiempo en el noreste de África, en el actual Egipto, los primeros de los cuales datan de hace 19.000 años. Al parecer, sus habitantes recogían anualmente cosechas de cebada y trigo silvestres. Por aquel entonces todo el norte de África era una selva rica en fauna y vegetación, pero pronto terminaría el periodo glaciar y comenzaría un proceso de desertificación que originaría el desierto del Sahara. No obstante, la zona noreste continuó siendo fértil mucho tiempo gracias al río Nilo. Se trata del río más largo del mundo, que nace en el lago Victoria, en el ecuador africano, y transporta sus aguas hacia el norte hasta el Mediterráneo. De todos modos, esto sólo se descubrió mucho más tarde. En la antigüedad, ningún hombre "civilizado" sabía de dónde surgía el Nilo, pues una serie de cataratas impedían seguir su curso río arriba a través de la selva.
Otra zona donde hay indicios tempranos de recolección de cereales es la costa más oriental del Mediterráneo, lo que hoy es Palestina. Se han encontrado restos de hace 15.000 años que demuestran que en esta región el hombre había aprendido a moler el grano. Palestina formaba parte de una zona de condiciones especialmente favorables, conocida como la media luna fértil. Se trata de una región que, como indica su nombre, tiene forma aproximada de media luna. Su parte este es lo que podríamos llamar Canaán. La costa de Canaán recibe el nombre de Palestina al sur y Fenicia al norte, si bien estos nombres están relacionados con pueblos que habitarían la región posteriormente. La media luna fértil avanza hacia el este por el llamado corredor sirio y luego desciende hacia el sur siguiendo el curso de dos ríos que fluyen paralelamente: el Éufrates y el Tigris, que finalmente se unen poco antes de desembocar en el Golfo Pérsico. En la antigüedad el mar cubría una extensión mayor de terreno, de modo que el Éufrates y el Tigris tenían desembocaduras separadas. La tierra comprendida entre los dos ríos (y, por extensión, sus alrededores) se conoce como Mesopotamia. Mesopotamia limita al este con los montes Zagros. Se conocen restos de cazadores-recolectores que poblaron estos montes hace casi 13.000 años.

La vida en poblados estables supuso un cambio cultural importante. Se abre así una última fase del periodo paleolítico conocida como mesolítico. Los casos que acabamos de comentar son sus primeras manifestaciones, si bien la cultura mesolítica sólo empezó a ser representativa desde hace unos 12.000 años, es decir, desde el X milenio, momento en el que se considera que empieza el último periodo de la era cuaternaria: el holoceno. De esta época se conservan poblados palestinos con cabañas circulares semisubterráneas de madera, adobe y piedra.
En el IX milenio terminó la cuarta glaciación. La cultura mesolítica se extendió desde Palestina hasta Siria siguiendo la media luna fértil. Mientras el noreste de África permaneció en estado mesolítico durante varios milenios, en el Oriente Próximo se produjeron cambios relativamente rápidos. Los hombres sedentarios tuvieron ocasión de estudiar más a fondo el comportamiento de las plantas y los animales. Lentamente, descubrieron que era posible retener y alimentar a algunos animales en lugar de matarlos, de modo que se podía disponer de su carne cuando fuera más necesaria. Hay indicios de que por esta época, en un asentamiento que más tarde sería la ciudad de Jericó, ya se había domesticado el carnero. Poco a poco, los hombres de la parte occidental de la media luna fértil se hicieron pastores y agricultores.
Los que optaron por reunir animales y apacentarlos se encontraron con que tenían que viajar de un sitio a otro en busca de pastos, lo que les llevó a abandonar los poblados y convertirse en pueblos nómadas. Por el contrario, los agricultores debían permanecer junto a sus tierras, las cuales requerían toda clase de trabajos y cuidados. Formaron poblados más firmes y numerosos, pues, por una parte, la tierra trabajada proporcionaba alimento para más personas y, por otra, necesitaban defenderse de las fieras y de otros pueblos nómadas que no tenían escrúpulos de llegar y llevarse sin esfuerzo el fruto del trabajo ajeno.
Con la aparición de la agricultura y la ganadería entramos en la segunda etapa de la edad de piedra: el neolítico. Las primeras manifestaciones neolíticas propiamente dichas aparecen en Palestina a partir del año 8600. Por aquel entonces, la Tierra debía de contar con alrededor de ocho millones de habitantes. Los nuevos descubrimientos fueron divulgándose lentamente, junto con otras innovaciones. En el año 8000 se descubrió la cerámica en el Sahara y en Siria independientemente. Las vasijas de barro fueron prácticos sustitutos de los pesados recipientes de piedra. No obstante, el labrado de la piedra también se perfeccionó. De hecho, la denominación paleolítico / neolítico marca el tránsito de la piedra tallada a la piedra pulimentada, si bien, como ya queda dicho, no es ésta la diferencia más significativa entre ambas culturas, sino la aparición de la agricultura y la ganadería.
Hacia el 7500 se empezó a cultivar el trigo en Jericó, y se domesticaron el cerdo y la cabra. Por esta época la agricultura y la ganadería llegaron a la Alta Mesopotamia (esto es, a su parte norte, la más alejada del mar). Palestina continuaba a la cabeza de la civilización: Hacia el año 7000, las viejas cabañas circulares habían sido sustituidas por casas de planta rectangular, subdivididas en habitaciones y con las paredes y el suelo cubiertos de arcilla. Sus pobladores enterraban a los difuntos bajo sus casas, pero antes les separaban el cráneo, lo cubrían de arcilla y lo adornaban con pinturas. Esto indica un complejo ceremonial religioso.
En general, las culturas agrícolas desarrollaron una religión más compleja y sofisticada que los pueblos nómadas. Los nómadas llevaban una vida relativamente cómoda. Se sentían capaces de dominar su entorno. Eran gente ruda y fuerte. A menudo efectuaban provechosas incursiones en aldeas de agricultores indefensos. Para sus pocas necesidades, desconocían lo que era la escasez o falta de recursos. Las únicas cosas que no podían controlar eran las tormentas, las enfermedades y tal vez los enfrentamientos con otros pueblos nómadas. Por ello sus religiones se limitaban a algún "dios de las tormentas" o "del trueno" o "del rayo", a quien implorar clemencia en las tempestades, o quizá a un "dios de la guerra" a quien encomendarse y pedir protección antes de un enfrentamiento. Por el contrario, los agricultores estaban rodeados de eventos que escapaban a su control. Su nivel de vida dependía de que lloviera en el momento oportuno, de que no hubiera tormentas devastadoras, de que las cosechas fueran buenas, de que los ríos trajesen agua suficiente pero no excesiva, etc. Conocían las diferentes estaciones del año y las vinculaban con los cambios de posición del Sol y las estrellas en la bóveda celeste. Así, el agricultor aprendió a rezar ante la adversidad. La superstición se extendió rápidamente entre los pueblos agrícolas, y surgieron toda clase de ritos para mantener propicios a los dioses de la lluvia y de los ríos, y al Sol, etc. En torno a estas creencias no tardan en surgir sacerdotes especializados en velar por que los dioses estuvieran satisfechos con el pueblo. Los sacerdotes tienen fama de sabios y a menudo son objeto de innumerables preguntas de todo tipo, para las que siempre tienen alguna respuesta basada en historias sobre tal o cual dios. Así, cada pueblo fue creando su mitología, más o menos rica según la imaginación de sus gentes, y en consonancia con el grado de sofisticación de cada sociedad.
Durante el VII milenio la densidad de población en la media luna fértil aumento notablemente. Se domesticó al buey. En Siria se exploraron muchas innovaciones, como la fabricación de recipientes de cal, aunque estas técnicas no tuvieron continuidad. La agricultura se extendió por la península de Anatolia (Turquía). Hacia el año 6500 encontramos una agrupación de pueblos de cerca de 6.000 habitantes, con casas y santuarios de ladrillo crudo y frescos de divinidades femeninas y toros. A finales del milenio aprendieron a fundir el cobre para fabricar adornos, puntas de lanza y objetos diversos, pero el metal era escaso y el descubrimiento no tuvo muchas repercusiones.
Por esta época empieza a aparecer también la agricultura en algunas zonas del actual México.
Al comienzo del VI milenio las técnicas agrícolas se habían perfeccionado notablemente en la zona occidental de la media luna fértil. Se descubrió la hoz, la azada, etc. La cerámica se extendió desde Siria por ambos "cuernos" de la media luna. El Éufrates y el Tigris suministraban excesiva agua en primavera y poca el resto del año, por lo que en su entorno se formaron grandes aldeas de obreros que construyeron presas y canales para almacenar y distribuir el agua. Se ocupó la baja Mesopotamia, que había quedado despoblada desde la glaciación.
Los agricultores podían cosechar más de lo que necesitaban consumir, lo que propició que algunos hombres optaran por especializarse en producir otro tipo de bienes que canjear a los agricultores por sus sobrantes. Así, tras la cerámica surgió la cestería y luego la elaboración de tejidos. Se formó una importante aldea en donde después estaría la ciudad de Ur. Allí surgió una comunidad de comerciantes que llegaron a recorrer por mar las costas de Arabia. Su emplazamiento está actualmente lejos del mar, pero entonces la costa llegaba hasta sus inmediaciones. Hay constancia de que durante un cierto periodo la aldea fue completamente inundada por el mar. Es posible que este suceso fuera el origen de una leyenda que pervivió durante milenios en la zona sobre un "diluvio universal", que supuestamente había inundado la totalidad de la Tierra. El mapa muestra otras aldeas fundadas en esta época que con el tiempo se convertirían en ciudades importantes. Al norte de la media luna fértil, cerca del nacimiento del Tigris, se fundó Nínive, que miles de años después sería la capital de un poderoso imperio.
Mientras tanto, la vida en Anatolia debió de ser especialmente difícil. El único avance cultural durante el sexto milenio fue la construcción de fortalezas, signo de que sus habitantes sufrían frecuentes incursiones de pueblos nómadas vecinos. En Egipto las condiciones eran más propicias que las de Mesopotamia o Canaán, por lo que la región permaneció ajena a los avances de estas regiones y continuó en su tradición mesolítica de caza y recolección durante todo el milenio. Por el contrario, la cultura neolítica se extendió desde el oriente próximo hacia Europa. Hacia el año 6000 aparecen las primeras comunidades agrícolas en el sureste de Europa y a lo largo del milenio se extendieron a lo largo de la costa mediterránea. Así mismo apareció la agricultura alrededor del valle del Indo (en el actual Pakistán).
A lo largo del V milenio la cultura neolítica se expandió y consolidó por Europa, Asia y África. La prosperidad fue tal, que en este periodo la población mundial pasó de unos 10 millones de habitantes hasta casi 50 millones. En Europa y África central surge la cultura megalítica, caracterizada por la construcción de grandes monumentos de piedra: a veces simples piedras levantadas a modo de columnas, a veces alineadas según ciertos patrones, otros en forma de enormes losas horizontales apoyadas sobre otras dos verticales, etc. Naturalmente, estas construcciones debían de estar asociadas a nuevos rituales y creencias más o menos sofisticadas, típicos de la cultura neolítica. En Grecia se desarrolló la navegación por el Egeo, que llegó hasta la isla de Creta. En Asia la agricultura continuó extendiéndose lentamente por el valle del Indo.
En América el progreso fue ligeramente más lento: en algunas zonas de México y Perú hubo pueblos de cazadores-recolectores que empezaron a llevar una vida sedentaria. Domesticaron animales e inventaron la cerámica. Los cultivos eran muy variados, pero la agricultura les proporcionaba sólo una pequeña parte de sus recursos. También aprendieron a tejer fibras vegetales.

En China se formaron asentamientos mesolíticos a lo largo del río Amarillo (Huang He), donde finalmente se aprendió a cultivar el arroz. En el Baikal se originó un complejo de culturas nómadas que se extendieron y diversificaron por Siberia y Asia central. Su influencia llegó hasta China. Al oeste de los montes Urales surgió una cultura de pastores nómadas, entre el mar Caspio y el mar Negro. Sus integrantes hablaban una lengua común, conocida como Indoeuropeo. La península Arábiga y el norte de África fue poblada por otro grupo humano que también hablaba una misma lengua, conocida como Afroasiático o Camitosemítico. No obstante, el desierto del Sinaí supuso una separación permanente entre Arabia y África, por lo que las variantes dialectales del Afroasiático de Arabia formaron pronto un grupo de lenguas bien diferenciadas de las Africanas, conocidas como lenguas semíticas. Las tribus de Arabia se hicieron ganaderas, mientras que las del norte de África continuaron viviendo durante mucho más tiempo de la caza y la recolección, pues el territorio era mucho más fértil.

Los mayores avances se produjeron en la Baja Mesopotamia, esto es, la parte más cercana a la desembocadura del Éufrates y el Tigris. El sistema de canales que habían ideado en la parte alta de la región llegó hasta el sur, lo que permitió aprovechar plenamente las posibilidades que ofrecían los ríos, dando origen a una agricultura de irrigación que convirtió la zona en la más fértil y próspera de la época. Además de la agricultura, florecieron el comercio y la alfarería. Los mercaderes inventaron un antecedente de la escritura: el sello. Los recipientes de barro se marcaban con sellos planos que imprimían un relieve distintivo de su propietario o de su contenido. A finales del milenio algunas ciudades llegaron a contar con 10.000 habitantes.
Hasta entonces, las aldeas pequeñas tenían una estructura tribal, formadas por unas pocas familias que obedecían a algún patriarca, pero las grandes ciudades requerían una organización que no descansara en vínculos familiares. Así, las ciudades mesopotámicas se fueron convirtiendo en ciudades-estado. Cada ciudad dominaba y cultivaba las tierras de su entorno y era gobernada por un rey. La administración corría a cargo de los sacerdotes. Éstos ejercían de tesoreros y recaudadores de impuestos y, en la medida en que su autoridad residía en su papel de intermediarios con los dioses, la religión se fue sofisticando más y más. El templo era el centro de cada ciudad. Además de la clase sacerdotal, surgió una aristocracia y una burguesía que originó una demanda de adornos, tejidos y obras de arte. El modo de vida de la Baja Mesopotamia fue imitado rápidamente por el resto de la media luna fértil, que mantuvo una cultura similar.
En la península del Sinaí se descubrió la fundición del cobre, y el sistema se extendió rápidamente tanto hacia Mesopotamia como hacia Egipto. Hacia el 4500 el sur de Canaán fue invadido por un pueblo que conocía la fundición del cobre. Por la misma época aparecen los primeros poblados neolíticos en Egipto, junto al lago Moeris, algo al oeste del curso del Nilo. Las inmediaciones del Nilo hubieran requerido un sistema de canales similar al de Mesopotamia para ser aprovechadas adecuadamente, por lo que las zonas cercanas (pero prudencialmente alejadas de las súbitas crecidas del río) eran más adecuadas para una población que acababa de descubrir la agricultura y la ganadería.
La metalurgia del cobre prosperó en Irán, que importaba el mineral de la India y lo exportaba manufacturado a Mesopotamia, junto con oro, plata y piedras preciosas. El cobre fue especialmente útil en Mesopotamia. El oro y la plata son blandos, y sólo servían para confeccionar adornos. El cobre, en cambio, es más duro y servía para fabricar armas más efectivas que las de piedra, armas con que repeler las incursiones de los nómadas, que se hacían más frecuentes cuanto más prosperaba el valle. Por una parte estaban los rudos pastores que habitaban en los montes Zagros, al Este, y por otra los habitantes del desierto arábigo al suroeste. Las ciudades-estado se fortificaron, como ya habían hecho tiempo atrás las de Anatolia. Egipto, en cambio, estaba rodeado por el mar, el desierto y las cataratas del nilo, así que vivió mucho más tranquilamente que Mesopotamia durante mucho tiempo.
Hacia el año 4000 la Baja Mesopotamia no pudo resistir por más tiempo la presión de los pastores, que invadieron la región desde los montes Zagros y se asentaron en ella, sumiéndola en una profunda crisis.
Con la invasión del 4000, la baja Mesopotamia pasó por varios siglos de desorden y decadencia, pero los invasores terminaron por asimilar la cultura de la región que habían conquistado y se esforzaron por alcanzar el nivel de vida anterior. Surgió así una nueva civilización, conocida como Sumer. Los sumerios dominaron la Baja Mesopotamia durante todo el cuarto milenio y se vieron obligados a defenderla de las incursiones de los pueblos vecinos, que la hostigaban como ellos la habían hostigado durante el milenio anterior.
Naturalmente, los sumerios trajeron consigo sus propios dioses, que pronto se combinaron con los de los pueblos conquistados. El panteón resultante tenía tres dioses destacados: Anu era el dios del cielo, y tenía su santuario más importante en la ciudad de Uruk, Enlil era el dios de la tierra y su santuario principal estaba en Nippur, mientras que Ea era el dios de los ríos y era especialmente adorado en Eridu. Probablemente los dos últimos eran dioses previos a la invasión, pues la tierra y los ríos son preocupaciones típicas de los agricultores, mientras que Anu sería el dios principal que trajeron los sumerios, un dios de pastores. Por supuesto, cada ciudad adoraba también a otros dioses menores.
Como cabía imaginar, el dios más importante resultó ser Anu. Esto queda reflejado en el mito de la creación: al principio de los tiempos, el mundo era un caos dominado por Tiamat, diosa del mar (el mar era signo de caos y destrucción para un pueblo que no tenía ningún conocimiento de navegación). Fue Anu quien la derrotó y con su cuerpo creo el Universo. Esta victoria era la que le otorgaba la preeminencia sobre los otros dioses.
La forma habitual que tienen los pastores de contentar a sus dioses celestes es quemar animales sacrificados, haciéndoles llegar así el agradable humo perfumado. Tal vez los sumerios sintieron que al mudarse de las montañas al valle se habían alejado de sus dioses, por lo que solían escoger lugares elevados para hacer sus sacrificios y erigir sus templos. No obstante, las principales capitales sumerias estaban en lugares bajos, de modo que se originó la costumbre de crear grandes plataformas elevadas sobre las cuales realizar los sacrificios, para que éstos pudieran ser mejor contemplados por los dioses. Con el tiempo se fueron cunstruyendo plataformas menores sobre otras mayores y así en el último cuarto del milenio los sumerios llegaron a construir imponentes pirámides escalonadas llamadas Zigurats. Hoy en día no se conserva ninguno íntegro debido a que estaban hechos de ladrillos de barro. La religión sumeria fue sofísticándose en concordancia con su nueva cultura agrícola, pero nunca perdió su orientación hacia el cielo. Los sacerdotes sumerios se convirtieron en los primeros astrónomos. Desde los Zigurats observaban las estrellas  y  las llegaron a  conocer bien. Descubrieron cómo el Sol se desplaza durante el año por la banda del zodíaco. Fueron ellos quienes dividieron esta banda en doce partes y crearon mitos alrededor de cada signo zodiacal.
El número doce no es casual: los sumerios (y tal vez también sus antecesores) contaban señalando con el pulgar las doce falanges de los otros cuatro dedos de la mano, y marcaban los múltiplos de doce con los cinco dedos de la otra, de modo que el mayor número que podían contar con los dedos era 60. Por ello dividieron el zodíaco en 12 signos, y el año en 12 meses y el día en dos grupos de 12 horas, y cada hora en 60 minutos.
Mientras tanto Egipto iba organizándose. La cultura neolítica propició el típico desarrollo de la religión y el surgimiento de una poderosa clase sacerdotal. Los primeros dioses los debieron de modelar los cazadores, que los vinculaban a ciertos animales, de tal suerte que adorando al dios adecuado se podía esperar una buena caza del animal deseado. Así, había dioses con cabeza de halcón, de chacal, de hipopótamo, etc. Con la agricultura aparecieron nuevos dioses, el más importante de los cuales fue Ra, el dios del sol, al que vinculaban con el cambio estacional, las crecidas del Nilo, etc. Los egipcios contaban que fue el dios Osiris quien les enseñó las artes agrícolas. Osiris era, pues, un dios de la vegetación. Se le representaba con forma humana. Fue asesinado y descuartizado por su hermano Set, pero su esposa Isis recogió los pedazos y le devolvió a la vida. No obstante, uno de los fragmentos se perdió, y Osiris no quiso permanecer así entre los hombres, sino que descendió al mundo subterráneo, donde reinaba desde entonces sobre las almas de los muertos. Isis y Osiris habían tenido un hijo, Horus, representado con cabeza de halcón (lo que hace pensar en un mito del tiempo de los cazadores que pervivió en las leyendas de los agricultores). Horus vengó la muerte de su padre matando a Set.
Posiblemente, los Egipcios fueron el primer pueblo que desarrolló una teoría sofisticada sobre la vida después de la muerte. La supervivencia a la muerte no era automática, sino que dependía de ciertos ritos que controlaban los sacerdotes. Es probable que estas creencias fueran expresamente desarrolladas por los sacerdotes para conseguir la sumisión del pueblo a su autoridad. Y en verdad que no pudieron tener más éxito. La supervivencia a la muerte debió de ser durante cientos de años casi una obsesión para los egipcios de todas las clases sociales, que nunca en su historia abandonaron una incondicional sumisión a la autoridad religiosa.
Hacia el año 3500 empiezan a aparecer casas semisubterráneas en México.
Los sumerios descubrieron cómo extraer cobre de ciertas rocas, con lo que el uso de este metal se generalizó y permitió a los sumerios construir armas mejores con que defenderse de los pueblos nómadas.  También inventaron el carro con ruedas, tirado por un asno. En Uruk se inventó el sello cilíndrico, un pequeño rodillo de piedra con un relieve que se marcaba repetitivamente en la arcilla al hacerlo rodar sobre ella. Los mercaderes usaban estos sellos a modo de firma marca de sus productos. Con el tiempo adquirieron la costumbre de marcar los recipientes de barro con señales que representaran la naturaleza o cantidad de su contenido. Pronto descubrieron que no necesitaban hacer las marcas sobre los propios recipientes, sino que marcando tablillas de arcilla podían guardarse registros de existencias etc. Al principio cada mercader usaría sus propios convenios, pero hacia el 3400 ya estaba extendido un mismo código común.
Por aquel entonces los reinos egipcios del delta del Nilo (el Bajo Egipto) se unificaron bajo la monarquía de Buto, cuyos reyes ostentaban la corona roja, mientras que el resto del territorio (el Alto Egipto) estaba gobernado por los reyes de Hieracómpolis, que ostentaban la corona blanca. No parece que estas unificaciones se produjeran violentamente, sino más bien por medios políticos. Egipto nunca había sufrido amenazas externas, por lo que carecía de ejércitos.
La actividad comercial de Canaán fue en aumento. Hacia el año 3300 se fundó la ciudad de Biblos, que pronto empezaría a comerciar por mar con Egipto y las islas del Mediterráneo. Probablemente fue a través de comerciantes cananeos como Egipto fue conociendo los avances culturales que se estaban produciendo en la media luna fértil.
Hacia el 3200 el rey Nármer de Hieracómpolis unificó el Alto y el Bajo Egipto en un único reino y ciñó las dos coronas. Él y sus descendientes (la I dinastía de reyes de Egipto) consolidaron el poder real y la unidad del país difundiendo la idea de que el rey era un dios dueño de todo el valle del Nilo. Nármer estableció la capital del reino en Tinis, de donde al parecer era originario, si bien construyó la ciudad de Menfis en la frontera entre el Alto y el Bajo Egipto, tal vez con la intención de convertirla en capital si el Bajo Egipto recelaba de ser gobernado desde el Alto Egipto, cosa que no llegó a suceder.
Bajo la primera dinastía los egipcios construyeron canales con que regar las zonas del valle más alejadas del Nilo. Surgieron trabajadores especializados, se idearon barcas con que transportar materiales por el río, se fomentó la agricultura y la ganadería, etc. Indudablemente todo esto es una clara huella de la influencia cananea-mesopotámica.
Los sacerdotes sumerios aprovecharon el código de signos que habían elaborado los mercaderes y lo extendieron para reflejar ideas abstractas. Hacia el 3100 los sumerios disponían de una auténtica escritura. Escribían sobre tablas de arcilla mediante un punzón que producía marcas en forma de cuña. Cada palabra se representaba con un signo que, si bien en un principio podía haber sido un esquema de su significado, la práctica lo había reducido a una agrupación de cuñas puramente convencional. Este tipo de escritura se conoce como escritura cuneiforme. La escritura era entonces una técnica muy compleja, pues los sumerios tenían un signo para cada palabra, lo que suponía un inventario enorme de signos que sólo los sacerdotes dominaban. Esto proporcionó mucho poder a la clase sacerdotal.
Así, el sumerio es la lengua más antigua de la que tenemos constancia escrita. Es una lengua completamente diferente a todas las que se conocen hoy en día: sus palabras son monosilábicas, no hay distinción entre sustantivos y verbos, y las oraciones se forman aglutinando palabras, de modo que muchas de ellas actúan como prefijos y sufijos de otras.
Mientras tanto, el resto de la media luna fértil se alimentaba de la cultura sumeria. Al este de la Baja Mesopotamia, al sur de los montes Zagros, en el actual Irán, se formó un pueblo conocido como Elam, que prosperó con el control del comercio entre Irán y Mesopotamia. Los elamitas adoptaron la cultura sumeria, pero conservaron su propia lengua, que subsistió hasta el siglo XI d.C.

El resto del mundo continuaba su lenta evolución neolítica. Hacia el 4000 había surgido una nueva comunidad agrícola en China en el bajo Yang-Tse Kiang, probablemente por influencia de la civilización del río Amarillo. En el valle del Indo la civilización se perfeccionó sensiblemente a lo largo del milenio: se construyeron ciudades de ladrillo, empezó a usarse el cobre y se inició el comercio con Mesopotamia. En Europa el neolítico estaba ya muy extendido. No hay muchos datos, pero parece ser que la Europa neolítica "típica" estaba formada por sociedades agrícolas sedentarias, poco belicosas, matriarcales, que tendían a formar pueblos y ciudades relativamente numerosos. Por el contrario, los pueblos indoeuropeos, que habitaban el oeste asiático, formaban sociedades eminentemente pastoriles, de carácter patriarcal y espíritu guerrero. Habitaban en pequeños poblados con casas semi subterráneas.
Hacia el año 3000 una nueva oleada de nómadas invadió la media luna fértil, tal y como había sucedido mil años antes con los sumerios. Esta vez no provenían de las montañas del este, sino que eran pueblos semitas de Arabia. Probablemente, las condiciones de vida debieron de volverse más arduas, o debió de haber un exceso de población, o algún conflicto tribal. Fuera como fuera, varias de estas tribus se lanzaron hacia el norte con un ímpetu inusitado, fenómeno que se iba a repetir varias veces en la historia.
Los sumerios consiguieron mantener a los semitas alejados de sus ciudades principales, a lo largo del Éufrates inferior, pero perdieron muchas ciudades en la Alta Mesopotamia, como Mari, que había sido fundada recientemente. Otros grupos de semitas se asentaron en la costa norte de Canaán y a lo largo de Siria. Al igual que había sucedido con la ocupación sumeria, los territorios conquistados entraron en un periodo de decadencia del que tardarían siglos en recuperarse. La zona que se recuperó más rápidamente fue la costa norte de Canaán, cuyos nuevos habitantes se dedicaron pronto al comercio por mar, y son los que hoy conocemos como Fenicios. Es probable que la crisis moviera a algunos cananeos a abandonar su patria. Quizá algunos marcharon a la isla de Creta, lo que explicaría que por estas fechas empezó a usar el cobre y a construir buenos barcos con los que inició unas relaciones comerciales con Egipto y Canaán.

Por su parte, los sumerios seguían progresando. El tercer milenio se inició con un descubrimiento crucial: la posibilidad de mezclar el cobre con el estaño para fabricar bronce. El cobre es un metal bastante blando, y el estaño mucho más, pero la mezcla de ambos en una proporción adecuada produce una aleación mucho más fuerte que los dos ingredientes. Esto permitió fabricar armas mucho más efectivas que las anteriores. Con ello, los sumerios tuvieron la posibilidad de imponerse definitivamente sobre los pueblos bárbaros que les amenazaban, pero las ciudades-estado prefirieron emplear las nuevas armas para enfrentarse las unas a las otras y formaron ejércitos cada vez mejor organizados. Los comerciantes elaboraron un complejo sistema de pesos y medidas. Incluso se estableció una especie de servicio postal.
Egipto siguió recibiendo y asimilando los conocimientos sumerios. Poco después del 3000 había adaptado su sistema de escritura. En lugar de escribir sobre tablillas de arcilla los egipcios usaron un soporte más sofisticado: de unas cañas que crecían en abundancia a orillas del Nilo extraían unas fibras que entretejían en varias capas, las empapaban en agua, las prensaban y con ello obtenían unas láminas llamadas papiros,en las que era muy fácil escribir con tinta. La escritura sobre papiro era mucho más cómoda que sobre arcilla, por lo que los signos egipcios no se volvieron esquemáticos, como los sumerios. Al contrario, representaban figuras muy claras, como águilas, ojos, etc. Eso sí, seguían el principio sumerio de que a cada palabra le correspondía un signo, con toda la complejidad y elitismo que ello conlleva. La escritura egipcia se conoce como escritura jeroglífica. Indudablemente la escritura resultó indispensable para la organización del estado egipcio.
Los reyes egipcios desarrollaron una ostentación y un lujo inusitados hasta entonces. En parte era necesario: cuanto más lujosa era la monarquía más convencido quedaba el pueblo de su naturaleza divina y más fervorosa era su devoción. Esto se plasmó en su preocupación por la vida de ultratumba: Tras la muerte, el alma realizaba un viaje hasta la gran Sala del Juicio. Si llegaba sana y salva (lo cual podía lograrse con los rezos y ritos adecuados), su vida era juzgada y si resultaba absuelta de todo mal ganaba la gloria eterna junto a Osiris. Al parecer, para lograr la vida eterna era necesaria la conservación del cadáver, por lo que los egipcios desarrollaron una sofisticada técnica de momificación para conservar los cadáveres incorruptos durante un largo periodo de tiempo. Los ataúdes, o sarcófagos, se depositaban en unas construcciones oblongas de ladrillo llamadas mastabas. Se incluían estatuas del difunto y las paredes se decoraban con escenas de su vida (quizá para abogar por sus virtudes). La idea de la vida después de la muerte se entendía en un sentido muy literal, pues también se depositaban alimentos y bebidas, así como las riquezas del difunto. Los entierros reales debieron de ser ceremonias fastuosas. Muchas tumbas de reyes de las dos primeras dinastías se encuentran en Menfis, pese a que la capital oficial era Tinis. Esto puede significar que algunos monarcas gobernaron en la práctica desde Menfis, o tal vez que era más conveniente celebrar el espectáculo en un lugar al que podían acudir fácilmente los habitantes del Alto y el Bajo Egipto. Pronto los cortesanos influyentes consideraron que también ellos debían "disfrutar" de esta clase de rituales, y exigieron ser momificados. Debió de establecerse una cierta competencia en quién tenía la tumba más fastuosa y con más tesoros. Esto hizo surgir la figura del ladrón de tumbas, que conseguía fácilmente grandes tesoros de oro y plata expoliando tumbas, pese a que con ello horrorizaba a sus devotos paisanos. Se promulgaron leyes contra ellos, se les amenazó con la venganza divina, se trató de esconder bien las tumbas y de sellar sus entradas, pero pocas de ellas han llegado intactas a nuestros días.
El desierto aumentaba paulatinamente su extensión. El lago Moeris, centro de riqueza de una importante región de Egipto, amenazaba con secarse. Los egipcios construyeron un sistema de canales que lo conectaba con el Nilo, una imponente obra de ingeniería gracias a la cual la zona conservó su prosperidad de antaño. Los problemas de reparto de tierras hicieron prosperar la geometría (cuando el Nilo se desbordaba, las divisiones se borraban y había que reestablecerlas, el comerció fomentó la aritmética, el afán por predecir los desbordamientos anuales del Nilo llevó al estudio de la astronomía. Hacia el año2800 los egipcios adoptaron un calendario de 365 días, que mejoraba al sumerio, que constaba tan sólo de 12 meses de 30 días (360 en total).
Por aquel entonces, la ciudad sumeria más poderosa era Kish, que había sido fundada a finales del cuarto milenio. Su preeminencia no debió de durar más que unas décadas y pronto fue reemplazada por Uruk, pero su efímera grandeza dejó una gran huella, pues los reyes sumerios posteriores se llamaban a sí mismos "reyes de Kish", pese a que no reinaban en esa ciudad. De entre los reyes de Uruk, el más famoso fue Gilgamesh, quinto rey de la I dinastía de Uruk, que reinó hacia el año 2.700. Mientras tanto, la ciudad de Kish fue absorbida por los semitas. La cercana Nippur, en cambio, siguió siendo sumeria pues, aunque había perdido su importancia política, continuó siendo un centro religioso que aunaba a los sumerios en el culto al dios Enlil.
Hacia el 2680 se produjo un segundo cambio dinástico en Egipto (del primer cambio que dio origen a la II dinastia sabemos poco más que el hecho de que se produjo). El primer rey de la III dinastía fue Zoser, quien estableció definitivamente la capital en Menfis, confirmando una tendencia ya marcada por las dinastías anteriores. Con Zoser termina un primer periodo de la historia egipcia conocido como periodo arcaico y comienza el llamado Imperio Antiguo. La nueva dinastía llevó el lujo de la casa real hasta extremos nunca vistos. Tal vez los nuevos reyes temían que el pueblo recelara del cambio de dinastía, por lo que se vieron en la necesidad de confirmar su naturaleza divina mediante una ostentación inusitada. Entre los consejeros de Zoser se encontraba Imhotep, al que podemos considerar como el primer científico conocido en la historia. Con el tiempo se crearon muchas leyendas en torno a él. Se dijo que era un médico casi milagroso, se dijo que fue capaz de predecir un gran periodo de sequía, lo que permitió almacenar reservas de trigo que salvaron al pueblo del hambre. Al margen de lo que estas leyendas puedan tener de verdad, Imhotep fue el primer arquitecto del que tenemos constancia. Construyó la tumba de Zoser, que era de piedra y no de ladrillo. En un principio tenía 63 metros de lado y 8 de altura, pero a Zoser no le debió de parecer suficientemente grandiosa, por lo que Imhotep la amplió hasta que la base midió 121 x 109 metros, luego construyó otra menor sobre la primera, y luego otra, hasta llegar a seis pisos con una altura total de unos 60 metros. El monumento tenía otras estructuras auxiliares a su alrededor, y el conjunto estaba rodeado por un muro de unos 550 por 275 metros. Aunque bastante deteriorada, la mastaba de Zoser subsiste en nuestros días. Se terminó sobre el 2650, por lo que tiene casi 5.000 años.
Las ciudades sumerias disminuyeron en número, pero las restantes aumentaron de tamaño. Por estas fechas, la ciudad de Ur alcanzó la supremacía en Sumer, a expensas de Uruk. Los reyes y reinas de Ur fueron enterrados en tumbas monumentales, acompañados de tesoros y siervos. Los sumerios fundaron la ciudad de Assur en la Alta Mesopotamia, junto al Tigris, que prosperó rápidamente.
Mientras tanto Egipto empezó a explotar zonas vecinas: extraía cobre del Sinaí e importaba toda suerte de productos de Nubia, la región situada al sur: trigo, ganado, marfil, ébano, plumas de avestruz, pieles de leopardo y de pantera, etc.
Hacia el 2614 se instauró en Egipto la IV dinastía. Su primer rey fue Snefru que, movido de la aparente necesidad de ostentación que acompañaba a cada cambio de dinastía, decidió construir una mastaba que superase a la de Zoser. La suya tenía ocho pisos, pero Snefru mandó rellenar los escalones de cada piso para que las caras presentaran una figura triangular uniforme. Despés cubrió toda la estructura con piedra caliza blanca y brillante. El resultado fue una impresionante pirámide sin conparación con ningún monumento anterior. Después empezó a construir otra pirámide sin pisos, en la que la sección disminuía paulatinamente a un ritmo constante. Sin embargo, a partir de cierta altura se aumentó significativamente la inclinación. Parece ser que tuvo que variar el ángulo porque los cimientos no resistían y aparecieron grietas. Además parece que hubo un accidente laboral en el que se perdieron muchas vidas, y la construcción fue abandonada. Luego hizo otro ensayo que sí que concluyó, también variando la inclinación para disminuir el peso y aumentar la estabilidad. Aparecieron grietas que no aseguraban que fuera a durar muchos años, de modo que la pirámide fue usada como sepulcro falso, en un intento de engañar a los posibles saqueadores de tumbas. En un tercer intento consiguió ya una pirámide estable, siempre con la punta más inclinada.
Por otra parte, Snefru organizó un ejército que afianzara la dominación de Egipto sobre las regiones vecinas, especialmente Nubia y el Sinaí. Creó la figura del visir o primer ministro, a cuyo cargo dejó el ejército y un cuerpo de policía. Se rodeó también de una corte de altos funcionarios. Por esta época los sacerdotes de Ra empezaron a ganar influencia. Ra era el dios principal de la ciudad de heliópolis, un poco al norte de Menfis, en el Bajo Egipto. En cambio, el dios principal de Menfis era Ptah, que para los egipcios era el creador del mundo. Sin embargo, los sacerdotes de Ra consiguieron convertirlo en el dios principal del panteón egipcio. Snefru fue declarado hijo de Ra, título que ostentarían también sus sucesores, ratificando así su naturaleza divina, pero, a su vez, vinculando precisamente a Ra con la divinidad del Rey.
Snefru envió barcos a Fenicia. Su contacto principal fue Biblos, de donde importaba entre otras cosas resinas y metales. Otro producto de la zona muy cotizado fue la madera. Los cedros del Líbano gozaron de una gran prestigio en el mundo antiguo. Los egipcios no eran grandes marineros. Sus barcos, que hasta entonces sólo habían recorrido las tranquilas aguas del Nilo, bordeaban cautelosamente la costa mediterránea hasta Fenicia y volvían por el mismo camino. También envió expediciones por el mar Rojo, que llegaron a Arabia y Somalia, de donde traían incienso, resinas y lapislázuli. La isla de Chipre se convirtió en un importante suministrador de cobre. Por estas fechas la isla de Creta entró en la Edad del Bronce. Surgió una nueva civilización conocida como cultura minoica (en una primera etapa conocida como periodo minoico antiguo) que también mantuvo estrechas relaciones comerciales con Egipto.

El sucesor de Snefru fue Jufu, más conocido por la versión griega de su nombre: Keops. Jufu construyó la mayor de todas las pirámides. Fue emplazada cerca de la ciudad de Giza. La obra se terminó hacia el 2580.La base era cuadrada, de unos 227 metros de lado y su altura era de 147 metros. Esta formada por más de dos millones de bloques de piedra, la mayoría de los cuales pesan más de dos toneladas. Estos bloques de granito se extraían de las canteras del sur, junto a la primera catarata del Nilo, y se transportaron en barcos por el río. Los egipcios afirmaban que se construyó en 20 años y que en ella trabajaron 100.000 hombres.
Jufu fue sucedido por su hijo mayor Jafre (o Kefrén) y luego por su hijo menor Menkure (o Micerino). Ambos construyeron pirámides monumentales junto a la de su padre, aunque un poco menores. La de Jafre se terminó hacia el 2530, y la de su hermano hacia el 2510. Las tres pirámides formaban un mismo complejo arquitectónico: cada una de ellas estaba rodeada de mastabas menores, destinadas a otros miembros de la familia real o de la corte, había templos, estatuas y otros monumentos. Tal vez el más famoso sea la Esfinge, una gigantesca figura con cuerpo de león y cabeza humana que los griegos pensaron que era de mujer, pero al parecer es una imagen de Jafre.
La segunda mitad del tercer milenio fue una época de grandes cambios. Los pueblos indoeuropeos del oeste de Asia se desplazaron hacia el sur. Una tribu de grecohablantes ocupó el noreste de los Balcanes. Por aquel entonces los indoeuropeos ya conocían la agricultura, si bien se decantaban más por la ganadería. Sus armas eran de piedra, pues no conocían la metalurgia. En el sur de Grecia, la población nativa (no indoeuropea) hacía tiempo que comerciaba con el bronce, que obtenía principalmente de Chipre. Los pueblos semitas que habían invadido Mesopotamia cinco siglos antes empezaron a salir de su "edad oscura". La ciudad de Mari desarrolló una cultura mixta que conservaba su lengua semítica pero, por ejemplo, adoraba a los dioses sumerios.
En Perú aparecen las primeras casas semisubterráneas, mayoritariamente en zonas costeras o junto a cauces de ríos, pues sus habitantes eran principalmente pescadores.
En Egipto se instauraba la V dinastía, que reinó desde el 2500 hasta el 2430, cuando se instauró (obviamente) la VI dinastía. Al parecer, el monarca que sucedió a Menkure fue un sacerdote de Ra, lo que cuminaba el ascenso político de este cuerpo sacerdotal. La construcción de pirámides entró en decadencia. Probablemente los egipcios decidieron invertir sus esfuerzos en cosas más útiles, como el refuerzo de sus ejércitos.
Mientras tanto, alrededor del 2425, los elamitas se unieron por primera vez bajo la dinastía de Awan. Siglos después pervivió una tradición según la cual esta ciudad había dominado Mesopotamia antes de la llegada de los sumerios. Puede ser cierto y puede ser que la leyenda se creara a partir de este periodo de esplendor. Por esta época, los elamitas ya habían adaptado la escritura sumeria a su propia lengua.
Hacia el 2400 en Sumer destacó Eannatum, rey de la ciudad de Lagash, que al parecer derrotó a los ejércitos unidos de Uruk y de Ur. Como conmemoración de sus victorias, Eannatum erigió una serie de columnas de piedra o estelas con inscripciones e imágenes. La más famosa es la Estela de los buitres, en la que se ve una formación de soldados con cascos y lanzas avanzando sobre los cadáveres de los enemigos devorados por perros y buitres. Según las inscripciones, el ejército vencido era el de la ciudad de Umma, que provocó la guerra al quitar ciertas piedras que marcaban las fronteras. Naturalmente, no conocemos la versión de los vencidos. Lagash conservó su preeminencia durante algo más de un siglo. Llegó a dominar un territorio de unos 4.500 kilómetros cuadrados. Su último rey fue Urukagina, que ascendió al trono alrededor del año 2350. Por estas fechas los semitas crearon otro reino poderoso alrededor de la ciudad de Ebla, en Siria, cerca de Fenicia, que llegó a dominar muchas ciudades del norte de la media luna fértil, de Anatolia y de la Alta Mesopotamia. Otro tanto sucedió con la ciudad de Mari, que dominó muchas ciudades de su entorno, entre ellas Assur.
Volviendo a Lagash, parece ser que Urukagina fue un rey ilustrado, que trató impulsar reformas sociales para reducir el excesivo poder de los sacerdotes en beneficio del pueblo. Sin embargo, los sacerdotes podían llegar a tener más poder que el rey sobre un pueblo temeroso de los dioses. Lagash se debilitó por sus convulsiones internas y Umma encontró la ocasión de vengar su pasada derrota. A la sazón su rey era Lugalzagesi, que se apoderó de Ur, se proclamó rey de Uruk y, desde allí, en el año 2330 atacó Lagash y la saqueó. Pronto adquirió el control de todo Sumer.
Naturalmente, si conocemos todos estos detalles es porque a partir del año 2800 los sumerios empezaron a usar sistemáticamente la escritura con fines históricos y literarios (los egipcios harían otro tanto a partir del 2100). A los sumerios de siglos posteriores les debió de sorprender la ausencia de registros anteriores al 2.800. Posiblemente no se les pasó por la imaginación que la causa fuera que antes se desconocía la escritura o, por lo menos, que ésta tenía un uso aún muy restringido, así que conjeturaron que ésa debía de ser la fecha del Diluvio Universal, una leyenda sobre una inmensa inundación que posiblemente era mucho más antigua. Los sumerios ubicaron todas sus leyendas en la época "antediluviana".
Según dichas leyendas, el mundo fue creado en siete días. El número siete se debe a que los astrónomos sumerios habían identificado siete cuerpos celestes, aparte de las estrellas: el Sol, la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus y Saturno. Estos astros eran divinidades que influian sobre los hombres. El destino de una persona dependía fuertemente del astro dominante el día y la hora de su nacimiento. Cada día se nombraba según el astro que dominaba en su primera hora, y así surgió la división del tiempo en semanas de siete días.
Las listas de reyes sumerios fueron completadas con diez reyes antediluvianos, a los que atribuían reinados de decenas de miles de años. El último y más famoso de estos reyes fue Gilgamesh, rey de Uruk. Su leyenda se basa indudablemente en el Gilgamesh histórico que reinó hacia el 2700, pero el Gilgamesh legendario fue situado antes del Diluvio, como era preceptivo. Según la leyenda fue un héroe valiente que realizó hazañas increíbles. Tras la muerte de un amigo se puso a buscar el secreto de la vida eterna. Así pasó una larga serie de peripecias. Entre ellas sobrevivió al diluvio, causado por unos dioses enojados. Otro de los supervivientes fue Utnapishtim quien, favorecido por los dioses, construyó un barco en el que se salvó juntamente con su familia. Los dioses, sin hombres que les ofrecieran sacrificios, sintieron hambre, pero Utnapishtim, cuando el Diluvio hubo pasado, sacrificó animales en acción de gracias. Dice elpoema:
Los dioses olieron su aroma,
Los dioses olieron el dulce aroma,
Como moscas, se agruparon sobre el sacrificio...
En agradecimiento, los dioses otorgaron a Utnapishtim el don de la inmortalidad. Se encontró con Gilgamesh y le indicó que debía buscar cierta planta mágica. La encontró, pero, cuando se disponía a comérsela, una serpiente se la robó (lo que explicaba la creencia antigua de que las serpientes rejuvenecen al cambiar de piel).
Otra ciudad semita que había alcanzado cierto esplendor era Kish. Mientras Lugalzagesi reinaba en Uruk y ejercía su influencia sobre todo Sumer, el primer ministro del rey de Kish se las arregló para usurpar el trono, tras lo cual adoptó el nombre de Sargón, que significa "Rey legítimo". Su legitimidad no debía estar tan clara, pues el nuevo rey prefirió trasladar la corte a una nueva capital fundada por él mismo y que no estuviese asociada a la monarquía anterior. Esta capital fue Agadé, o Acad, y desde entonces el rey fue conocido como Sargón de Acad. Alrededor del 2300 Sargón se enfrentó a Lugalzagesi y lo derrotó. Según sus inscripciones conmemorativas, esta victoria le dio el dominio de todo Sumer, pero parece ser que en realidad necesitó varias campañas más para lograr esta meta. En cualquier caso, Sargón acabó dominando una extensa región de Mesopotamia que incluía a todo Sumer y que fue conocida como el Imperio Acadio. Más aún, sometió al reino de Elam, dejándolo bajo el gobierno del rey de Susa, una de sus ciudades menos destacadas, que a partir de este momento empezó a ganar influencia.

Sargón siguió combatiendo y sojuzgando ciudades del norte y del este, mientras la capital de Acad iba engrandeciéndose. Por ejemplo, la ciudad de Assur se había liberado recientemente del dominio de Mari, e instauró una monarquía propia, pero sus reyes se convirtieron en tributarios de Sargón. La propia Mari no tardaría en someterse también al yugo acadio. Por el contrario, Ebla estuvo a punto de derrotar a Sargón, quien, no obstante, logró rehacerse. Ebla conservó su independencia y se convirtió en un importante centro cultural que absorbió la cultura acadia (que a su vez había incorporado la cultura sumeria). En sus restos se han encontrado numerosas tablillas cuneiformes escritas en eblaíta con textos jurídicos, religiosos, diplomáticos, administrativos y económicos. Incluso se han encontrado diccionarios sumerio-eblaítas. Según los escritos acadios, Sargón llegó en sus campañas hasta la costa de Canaán.
El imperio acadio fue el primer imperio histórico en el sentido de un pueblo que dominó militarmente a otros pueblos extranjeros. En este sentido, el Imperio Antiguo egipcio no era un imperio, sino una cultura homogénea que poblaba un territorio extenso. El gobierno de Sargón fue opresivo para los pueblos que sojuzgó. Los gobernantes sumerios del sur fueron sustituidos por guerreros brutales, lo que causó muchas revueltas que Sargón tuvo que sofocar. Por otra parte, Sargón instituyó el acadio como lengua oficial del imperio y debió de tomar medidas para fomentarlo pues, a pesar del prestigio que tenía el sumerio, terminó desplazándolo.
Indudablemente, la entrada de los acadios conquistadores en las ciudades de Sumer debió de generar una gran confusión, agravada por el hecho de que los recién llegados hablaban una lengua que casi nadie entendía. Tal vez las gentes más humildes, cuya visión del mundo se reducía a su entorno más inmediato, ni siquiera entendían por qué "de repente" habían aparecido hombres que hablaban una lengua tan extraña que ahora se veían coaccionados a aprender. Era natural pensar en un castigo de los dioses. Con el tiempo, cuando Sumer y Acad se borraron de la memoria de las gentes, pervivió la leyenda de que hubo un tiempo en que todos los hombres hablaban la misma lengua (o sea, el sumerio), pero que un día los dioses los castigaron y sembraron la confusión haciendo que hablaran dos lenguas distintas. Por otra parte, los zigurats eran ya monumentos del pasado y lo que la gente sabía de ellos es que habían sido construidos para acercarse al cielo. Esto era cierto: muchos pueblos con divinidades celestes eligen lugares elevados para estar más cerca de sus dioses al hacer sus sacrificios, y los zigurats fueron la peculiar forma que tuvieron los sumerios de plasmar esta idea. Sin embargo la gente encajó muy bien ambas historias: los antiguos construían torres cada vez más altas con la pretensión de alcanzar el cielo, pero los dioses se enojaron por este intento de "invasión" y lo evitaron sembrando la confusión: les hicieron hablar cientos de lenguas distintas, con lo que ya no podían trabajar conjuntamente y el proyecto fracasó. Los hombres se dispersaron según sus lenguas, y esta era la causa de que en el mundo hubiera tantos pueblos con tantas lenguas diferentes. Por una cuestión de coherencia esta leyenda tuvo que ubicarse después del Diluvio (los hablantes de lenguas extrañas no habían perecido), lo cual, por otra parte también encajaba en la historia: tal vez los antiguos querían llegar al cielo para salvarse en caso de que los dioses provocaran otro diluvio universal.
Hacia el 2300 se inicia un periodo de esplendor en el valle del Indo. La llamada civilización del Indo fue extendiéndose hasta ocupar un territorio mayor que el actual Pakistán. Se construyeron grandes ciudades de ladrillo con casas rectangulares y calles de 8 metros de ancho, disponían de instalaciones sanitarias, almacenes, piscinas y un sistema de canales muy estudiado. Sus habitantes cultivaban el trigo y la cebada, y se han encontrado los restos más antiguos del cultivo del algodón. Disponían de una escritura reducida de 270 signos diferentes (cuyo significado se desconoce), que únicamente se han encontrado en sellos, por lo que debían de ser identificaciones de mercancías. Sorprende la ausencia de templos en las ciudades, si bien se han encontrado objetos de culto, tal vez antecedentes de la futura religión de la India. Tampoco había palacios, lo que suscita muchos interrogantes sobre el tipo de estructura social de esta cultura. Las capitales más importantes eran Harappa y Mohenjo-Daro. Se ignora si eran capitales de estados distintos o si formaban parte de un mismo imperio. Hay constancia de un intenso comercio marítimo con Sumer.

Por esta época reinaba en Egipto el tercer rey de la VI dinastía, Pepi I, nativo de Menfis. Los nómadas del desierto de Libia empezaron a hostigar el país, pero fueron rechazados cinco veces por los ejércitos egipcios, dirigidos por un general llamado Uni. Este general consolidó también el dominio de Egipto sobre la península del Sinaí, rica en metales, e incluso supervisó expediciones a Nubia, al sur de la primera catarata del Nilo. El Imperio Antiguo alcanzó así su apogeo. Probablemente, Pepi I decidió que las relaciones comerciales que Egipto mantenía con Fenicia desde hacía mucho tiempo no eran satisfactorias: los cananeos pagaban poco por las exportaciones egipcias y cobraban mucho por sus productos. (Cuando dos personas negocian y una tiene a sus órdenes un ejército poderoso, es natural que llege a esta conclusión.) Los fenicios fueron exhortados a pagar periódicamente un tributo al rey, pero algunas ciudades decidieron negarse. Como consecuencia, Uni dirigió una expedición contra Fenicia: una columna marchó por tierra y otra, transportada por mar, desembarcó hacia el sur de Biblos. El ejército derribó murallas, incendió ciudades, destruyó cosechas, se apoderó de toda clase de objetos valiosos y, sin duda, consiguió que las ciudades castigadas se comprometieran a pagar el tributo.
Hacia el año 2280 muere Sargón de Acad. Inmediatamente, Sumer y los pueblos de los montes Zagros vieron en la muerte del rey una oportunidad para liberarse de la tiranía acadia y se rebelaron. Sin embargo, Sargón fue rápidamente sucedido por su hijo mayor Rimush, quien, con ayuda de su hermano Manishtusu, sofocó las revueltas.
En 2272 el hijo de Pepi I subió al trono de Egipto con el nombre de Pepi II. Era sin duda un niño, pues su reinado duró noventa años, y es, al parecer, el más largo de la historia.
En 2252 Naram-Sin, nieto de Sargón, ocupa el trono de Acad. Tras sofocar varias revueltas internas, Naram-Sin continuó la tradición imperial de su abuelo, reemprendiendo expediciones a tierras lejanas. En el 2200 destruyó el floreciente reino de Ebla. Para consolidar su autoridad se hizo proclamar dios, organizó un cuerpo de nobles-funcionarios que supervisaban o sustituían a los reyes locales e instaló colonias de acadios en las ciudades sospechosas de rebeldía. La cultura floreció en la corte de Acad. Los escribas acadios desarrollaron y superaron las tradiciones sumerias. Aunque el lenguaje de la cultura siguió siendo el Sumerio, los comerciantes y la administración hablaban acadio.
Mientras tanto, como es habitual, en los cielos se reproducían los acontecimientos de la tierra: Los dioses acadios se mezclaron con los sumerios. Es fácil distinguirlos porque tienen nombre semíticos. Además son todos dioses celestes, como corresponde a las culturas de pastores. Así,  Sin, dios de la luna, se convirtió en el dios principal de Ur (Naram-Sin significa "amado por Sin"), Ishtar, identificada con el planeta Venus, diosa del amor y la belleza, se convirtió en la diosa principal de Uruk, desplazando el culto a Anu. Esto era aceptable, pues pronto se descubrió que Ishtar era hija de Anu. También estaba Shamash, dios del Sol, que no consiguió tanta notoriedad como sus compañeros
En el último cuarto del tercer milenio la civilización se encontró con cambios aún más drásticos que en el periodo precedente. En China aparece el primer reino del que tenemos constancia histórica. Los historiadores chinos situaban en los inicios de su historia unos reyes legendarios, a cada uno de los cuales se le atribuía un avance cultural: Fuxi inventó la adivinación, Shennong la agricultura, Huangdi la técnica, Yao y Shun el arte de gobernar y Yu es presentado como un ingeniero que acabó con una gran inundación. Una de las leyendas en torno a Yu dice que, cuando éste reguló las aguas, apareció una tortuga divina que llevaba números escritos en su caparazón. Yu los examinó y los ordenó según el esquema de la derecha. Los chinos llamaban a este diagrama el Loh Shu(escrito del río Loh), porque, al parecer, la primera referencia por escrito (posterior a la época que nos ocupa) fue encontrada junto al río Loh. El Loh Shu es lo que los matemáticos modernos llaman un cuadrado mágico, y su "magia" consiste en que se trata de una ordenación de los números del 1 al 9 en la que las tres filas, las tres columnas y las dos diagonales del cuadrado suman la misma cantidad, a saber, 15. Otra leyenda atribuye a Fuxi la invención del Loh Shu, lo que lo remonta  principios del milenio.

Siempre según la leyenda, Yu fundó la dinastía de los Xia, que reinó durante cerca de 500 años. No se conocen detalles concretos sobre este reino. Según las leyendas su capital estuvo en Anyi. Los chinos eran, por aquel entonces, un pueblo de cazadores, pescadores y cultivadores de cereales. Edificaban con tierra batida, practicaban la adivinación con caparazones de tortuga y celebraban fiestas con danzas y cantos rituales. Tenian un sentido muy fuerte de la cohesión familiar y un gran respeto hacia los ancianos y los antepasados.
Mientras tanto, en 2218 moría Naram-Sin, el rey de Acad, a quien sucedió su hijo Sharkali-Sharri.  Por esta época el Imperio estaba muy debilitado. Tantos siglos de represión habían mermado la capacidad bélica de los territorios sometidos, y toda la fuerza estaba centralizada en torno a los ejércitos de la capital. En ausencia de influencias exteriores, esta situación sería la óptima para Acad, pero Mesopotamia nunca dejó de estar amenazada por los pueblos nómadas, tanto por Arabia como por los montes Zagros, y ahora la población no sólo no estaba capacitada para defenderse de sus incursiones, sino que cualquier ataque al imperio era bien recibido y alentado por sus súbditos. Por otra parte, el control de un territorio extenso había obligado a los reyes a transferir parte de su autoridad a una nobleza que no tardaría en generar diversos aspirantes al trono. Para derrocar a un rey hace falta un ejército propio o, al menos, un estado de confusión que anime al ejército a cambiar de jefe. Por ello parte de la nobleza vio también con buenos ojos las incursiones bárbaras.
Así, hacia el 2200 una tribu de bárbaros invadió Mesopotamia desde los montes Zagros. Se llamaban a sí mismos los Guti. Los intentos de Sharkali-Sharri de detener los saqueos fueron vanos, y en 2193 fue asesinado, al tiempo que la ciudad de Acad fue arrasada. La destrucción fue tan minuciosa que Acad es la única ciudad importante de la época cuyo emplazamiento se desconoce. Es razonable pensar que los sumerios y los elamitas se unieron a los Guti y descargaron sobre Acad todo el odio y las ansias de venganza que habían acumulado desde muchos años atrás. El resultado fue que no quedó piedra sobre piedra.
Ahora bien, los habitantes de Mesopotamia no tardarían en descubrir que los Guti no eran mejores que los Acadios. Los Guti tenían el poder, pero carecían de la cultura necesaria para emplearlo con la eficiencia de los acadios. Los sistemas de canales de los ríos se deterioraron y sobrevino una época de hambre.
En 2182 murió Pepi II, el último rey de la VI dinastía egipcia. La evolución del país había sido similar a la del imperio Acadio. Desde el reinado de Pepi I la nobleza adquirió cada vez más poder. Esto debió de acentuarse en los años en que el rey Pepi II era un niño y, por consiguiente, no ejercía directamente el mando. Mientras el rey vivió, todo estaba aparentemente bien, pues la lealtad al rey del ejército y el pueblo debía de ser poco menos que inquebrantable. Tal vez la nobleza consiguió que el rey muriera sin descendencia, de modo que muchos ocultaran aspiraciones de ocupar el cargo tras su muerte. El caso es que nadie lo consiguió y el Imperio Antiguo se desmembró en muchos reinos pequeños en lucha continua. Como en Mesopotamia, ésta fue una época de miseria. En un papiro que ha sobrevivido, su autor, Ipuwer (tal vez con cierta exageración poética), describe así la situación:
...la risa ha perecido y no se ha vuelto a dar. La aflicción ronda por el país mezclada con lamentos... El país se ha entregado al hastío... el trigo ha perecido por todas partes... el granero está vacío y quien lo custodiaba yace cuan largo es sobre el suelo...
Durante este periodo fueron saqueadas todas las tumbas de la época de las pirámides. Muchos de los reyes que figuran en los anales egipcios tras Pepi II fueron gobernantes locales que reinaron simultáneamente. Así, los reyes de las dinastías VII y VIII reinaron en Menfis o en Heliópolis, en el Bajo Egipto, mientras que los de las dinastías IX y X eran de Heracleópolis, junto al lago Moeris.
Tanto en Egipto como en Mesopotamia, los primeros signos de recuperación de la crisis los encontramos en las ciudades alejadas de lo que habían sido los grandes centros de poder. Así, en Egipto empezó a prosperar la ciudad de Tebas, al Sur, de cuya historia anterior se sabe muy poco. Probablemente era una aldea fundada durante la V dinastía que vivió de las rutas comerciales que llegaban hasta Nubia, más allá de la primera catarata del Nilo. Los gobernantes de las ciudades del norte se olvidaron del "lejano sur" en sus disputas, así que Tebas prosperó. Su dios principal era Amón, un dios de la fertilidad completamente desconocido en tiempos del Imperio Antiguo.
En Mesopotamia, mientras tanto, los Guti se habían asentado hacia el norte, donde había estado la capital de Acad. Esto permitió a algunas ciudades de Sumer comprar su libertad comprometiéndose a pagar un tributo. Uruk progresó bajo su IV dinastía, Ur bajo su II dinastía, pero el gobernante más notable del periodo fue Gudea de Lagash, hacia el 2141, bajo el cual la ciudad prosperó en paz, libre de los afanes conquistadores de los tiempos del rey Eannatum. Gudea embelleció los templos ya existentes y construyó otros quince nuevos. Los escultores de Lagash aprendieron a trabajar la diorita, una piedra muy dura que se traía del exterior. El primer resto sumerio que se descubrió (a finales del siglo XIX d.C.) fue el palacio de Gudea. Tras su muerte, el pueblo mostró su agradecimiento incluyendo al rey entre sus dioses.
Mientras tanto, los Guti fueron absorbiendo la cultura acadia, al igual que los acadios habían absorbido la cultura de los sumerios y éstos la de los habitantes primitivos de la región.
Volviendo a Egipto, en 2132 se inicia una dinastía de reyes tebanos, registrada como la XI dinastíaegipcia, que combatió a los reyes de Heracleópolis, de modo que en 2124 Tebas dominaba todo el Alto Egipto.
Paralelamente, en 2123 el rey Utu-Hegal, de la V dinastía de Uruk logró expulsar a los Guti de Mesopotamia, en coalición con la ciudad de Ur. Uno de los oficiales de Utu-Hegal se erige en rey de Ur (iniciando así su III dinastía) bajo el nombre de Ur-Nammu. Bajo su reinado, toda Mesopotamia quedó unida en un imperio tan grande como el acadio, pero de carácter más comercial que militar. Aunque no es probable que fuera el primero, lo cierto es que el código de leyes más antiguo que conocemos procede de este periodo. Es sorprendente el carácter progresista de estas leyes. Los antiguos tendían a castigar los delitos mediante la muerte o la mutilación, mientras que en el código de Ur-Nammu se establecen compensaciones monetarias. Tal vez esta idea fuera natural en un pueblo de comerciantes. Bajo la III dinastía de Ur se construyó el mayor Zigurat edificado hasta entonces. Su base medía 90 por 60 metros, y sus muros inferiores (hechos de ladrillo) tenían un espesor de dos metros y medio. Se conservan dos plantas, pero parece ser que tenía una tercera, con una altura total de 40 metros. El sumerio volvió a ser la lengua oficial de Mesopotamia y este periodo se considera la edad de oro de su literatura.
Hacia el 2052 el quinto rey de la XI dinastía tebana de Egipto, conocido como Mentuhotep II, conquistó el Bajo Egipto, con lo que todo el país volvió a estar unificado bajo un sólo rey, esta vez tebano. Surgía así el Imperio Medio egipcio. Habían pasado 130 años desde el desmembramiento del imperio antiguo. Aquí surgió un conflicto religioso, pues el dios principal de Tebas era Amón, mientras que en el Bajo Egipto los sacerdotes de Ra seguían dirigiendo la religión y, con ella, gran parte de la política. Afortunadamente, Amón no tenía un cuerpo sacerdotal tan desarrollado, y los sacerdotes de Ra descubrieron rápidamente que en realidad Amón y Ra eran el mismo dios, que a partir de entonces fue llamado Amón-Ra. La idea funcionó y los sacerdotes de Ra mantuvieron su status en los nuevos tiempos. Tebas, la nueva capital del imperio, fue creciendo y enriqueciéndose con templos y monumentos.
Entre tanto, los días de gloria de la III dinastía de Ur fueron acabando. En efecto, mesopotamia mantuvo bastantes guerras con las regiones vecinas, especialmente con el reino de Elam. Sin embargo, en un momento dado las ciudades sumerias retomaron la antigua costumbre de luchar entre sí. El último rey de la dinastía fue Ibbi-Suen, que reinó desde 2028 sin más dominio que su propia ciudad. En 2004 un ejército elamita aprovechó la anarquía y un periodo de hambre que azotó a la propia Ur para entrar en la ciudad y hacer prisionero a Ibbi-Suen.
A principios del siglo XVIII el norte de Mesopotamia empezó a sufrir los ataques de los Hurritas, un pueblo que contaba con una nueva arma de guerra: el caballo. Este animal era completamente desconocido en el mundo civilizado, pero hacía ya tiempo que los indoeuropeos lo usaban como alimento. Ahora los hurritas (aunque no eran indoeuropeos) habían resuelto los problemas técnicos que impedían usarlo como animal de tiro. Diseñaron nuevos arneses, así como nuevos carros de dos ruedas, más ligeros y maniobrables, consistentes en apenas una plataforma para el áuriga. Incluso las ruedas fueron perfeccionadas, pues las nuevas eran anulares con radios en lugar de macizas. Con los carros, las incursiones nómadas multiplicaron su eficiencia. Podían desplazarse mucho más rápidamente que un ejército de infantería, que a lo sumo contaba con pesados carros tirados por asnos para transportar la carga pesada. Podían elegir los lugares más desprotegidos, atacar y huir con el botín antes de que llegaran las defensas. No obstante, en un primer momento estos pueblos carecían de la organización y la amplitud de miras necesarias para ser algo más que una lacra dolorosa. Por el momento, el rey asirio Shamshi-Adad I seguía fortaleciendo su imperio y sirvió de pantalla contra los ataques hurritas, pero la llegada de una invasión seria era sólo cuestión de tiempo.
En 1794 Rim-Sin, el rey de Larsa, venció definitivamente a Isin y unió bajo su dominio el sur de Mesopotamia. Dos años después, en 1792 subía al trono de Babilonia el sexto rey de su I dinastía (instaurada con la invasión amorrea). Se llamaba Hammurabi. Su situación era delicada, pues su pequeña ciudad estaba entre dos grandes potencias: Asiria al norte y Larsa al sur. Sin embargo, Hammurabi era joven y los reyes Shamshi-Adad I y Rim-Sin eran ya mayores. Hammurabi se sometió a Shamshi-Adad I y, bajo su protección, arrebató a Larsa las ciudades de Ur e Isin.
En 1790 murió el rey de Egipto Amenemhat III. No se conocen bien las causas, pero el Imperio Medio se desmoronó y el país se sumió en la confusión. Los egipcios registran dos dinastías que debieron de reinar simultáneamente: la XIII dinastía gobernó el Alto Egipto desde Tebas y la XIV dinastía gobernó el Bajo Egipto desde Xois, en el centro del delta del Nilo.
En 1782 murió Shamshi-Adad I, y bajo su sucesor el poder asirio declinó. Hammurabi aprovechó para concentrar sus fuerzas contra Larsa. En 1762, tras un año de guerra, aplastó a Rim-Sin y se hizo con el control de lo que había sido Sumer. Después se dirigió hacia el norte. En 1758 saqueó Mari, en 1755 se apoderó de Eshnunna y, tras unos años de resistencia, hacia 1754 Assur se hizo tributaria de Babilonia. Su rey conservó el trono, con lo que la dinastía fundada por Shamshi-Adad I no se vio interrumpida.
En 1750 la cultura cretense inició un periodo de apogeo. Se construyeron grandes palacios, construcciones complejas con salas de uso religioso, de ceremonias y de banquetes. Había almacenes con reservas de vino, aceite, grano, lana, metales, etc. Alrededor de los palacios estaban los talleres de los artesanos metalúrgicos, de los grabadores y los alfareros. Se conservan magníficas piezas de cerámica y orfebrería. La influencia de Creta sobre las islas del Egeo y el sur de Grecia debió de reforzarse en esta época. Probablemente, fue este periodo el que dio origen a la leyenda griega sobre un poderoso rey cretense llamado Minos, al cual los atenienses debían pagar anualmente un tributo humano para alimentar al Minotauro, un monstruo, hijo de Minos, con cabeza de toro. Ciertamente en Creta se celebraban rituales con toros.
Mientras tanto un grupo de pueblos indoeuropeos que se llamaban a sí mismos Arios (nobles) comenzó a descender sobre la India. Parece ser que la invasión se produjo lentamente a lo largo de varios siglos, pero es posible que hubiera una primera oleada especialmente violenta, ya que la civilización del Indo, que ya contaba con más de medio milenio de historia, se extinguió repentinamente. Se ha constatado que uno de sus centros principales, la ciudad de Mohenjo-Daro, fue víctima de una cruenta matanza. La lengua de los arios era el sánscrito. Eran pastores de rebaños bobinos. Habían domesticado el caballo y conocían el uso del arado. Tenían muchos dioses, pero el principal era Idra, que les ordenaba la guerra santa para dar muerte a los dasa (los aborígenes de la india), que tuvieron que desplazarse hacia el sur. Las ciudades fueron destruidas y sustituidas por pequeños poblados de pastores.
Aún más al este, en China, tras el largo periodo de la dinastía Xia, se instauró la primera dinastía de la que se tiene un auténtico conocimiento histórico: la dinastía de los Chang. Su capital estaba en la ciudad de Erlitou y dominaba una buena parte del valle del río Amarillo. La organización política era rudimentaria y no estuvo exenta de tensiones y luchas con los vecinos. Durante el reinado de los Chang se fijaron los rasgos específicos de la antigua China: la escritura, el transporte mediante carros, la fundición del bronce, y una organización política estructurada en torno al rey y la capital.
Volviendo a Babilonia, Hammurabi murió en 1750,siendo rey de un territorio tan extenso como el que había gobernado el Acadio Naram-Sin seis siglos atrás. El ascenso de Babilonia tuvo muchas consecuencias en todos los ámbitos. Desde su fundación, el dios principal de Babilonia había sido Marduk, totalmente desconocido fuera de su entorno inmediato. Cuando los amorreos tomaron la ciudad, adoptaron también a su dios y lo pusieron a la cabeza de su panteón. El segundo dios en importancia fue Nabu, que era el dios principal de una ciudad situada un poco más al sur, llamada Borsippa. Las victorias de Hammurabi se reflejaron en un ascenso análogo de Marduk en el cielo mesopotámico. Al final de su reinado la epopeya de la creación ya no era la misma que habían imaginado los sumerios. Ahora el dios Anu ya no lograba vencer a la oscura Tiamat, sino que retrocedía mientras Marduk (que, por cierto, resultó ser hijo de Ea) se enfrentaba sin temor a la diosa del caos y la mataba. Así, Mesopotamia se enteró de que en realidad fue Marduk el heroico dios que creó el Universo y, por consiguiente, su legítimo gobernante. Nabu acabó siendo hijo de Marduk, con la notoriedad que ello conllevaba. No obstante, esto no era así en Assur, cuyos habitantes se aferraron al culto del dios Assur, que daba nombre a la ciudad.
Al igual que ya habían hecho muchos reyes anteriores, Hammurabi puso por escrito las leyes de su reino. El llamado código de Hammurabi es el sistema de leyes más antiguo que conocemos en su integridad. Fue inscrito en una estela de diorita de casi tres metros de altura. En lo alto hay una imagen de Hammurabi arrodillado ante Shamash, el dios del Sol, que al parecer fue quien le dictó el código. En una fina escritura cuneiforme, la estela contiene las casi trescientas leyes de que constaba el código, indudablemente basadas en las legislaciones precedentes. La estela estaba situada en el templo de Shamash de la ciudad de Sippar, al norte de Babilonia. Podía ser consultada por cualquiera (que supiera leer), lo que garantizaba en cierto modo la objetividad de la justicia.
La ley dividía a los hombres en tres categorías: nobles, campesinos y esclavos. Las diferencias de clase están cuidadosamente marcadas: era mayor la pena por dañar a un noble que a un campesino, y ésta era a su vez mayor que la pena por dañar a un esclavo. Por otra parte, un noble debía sufrir un castigo mayor que un campesino por el mismo delito. Los esclavos eran marcados en la frente, y estaba prohibido ocultar la marca. Había métodos por los que los esclavos podían comprar su libertad, así como leyes que los protegían de un trato abusivo. El código de Hammurabi tiene un marcado carácter comercial. Los contratos son compromisos sagrados, da leyes sobre la posesión, venta y transferencia de bienes, regula el comercio, los beneficios y los alquileres, prohibe el engaño en el peso, los artículos de mala calidad y los fraudes en general. También regula el matrimonio, el divorcio y la adopción. El marido podía divorciarse a voluntad, pero debía restituir la dote a la esposa. Las mujeres y los niños gozaban de protección legal. Se legislaba incluso sobre los delitos pasionales. Los hombres eran responsables de los diques y canales. Si por negligencia se producía una inundación, el culpable debía pagar fuertes multas. En cuanto a las penas, la más frecuente era la mutilación: Si un hombre golpeaba a su padre, se le cortaba la mano, si un carpintero construía una casa, ésta se derrumbaba y moría el inquilino, el carpintero debía morir, pero había atenuantes por accidente. Se regulaba la profesión médica, su ética y sus honorarios. Un cirujano inexperto podía perder la mano.
A la vista de este código, podemos afirmar que la moral de los babilonios (y, probablemente la de los mesopotámicos en general) era muy similar a la moral moderna, con las diferencias obvias (esclavitud, rigor en las penas, etc.) Durante mucho tiempo ha existido una falsa imagen de perversión en las culturas paganas motivadas por las difamaciones de la Biblia. En realidad, la única diferencia notoria entre la moral babilónica y la judia parece ser el exacervado puritanismo de ésta en materia sexual.
Hammurabi estableció una compleja y eficiente red administrativa que él mismo supervisaba. Bajo su reinado el acadio se convirtió en una lengua literaria, si bien el sumerio continuó siendo una lengua culta. En 1749, tras la muerte de Hammurabi, ocupó el trono su hijo Samsuiluna, que conservó bastante bien su herencia. El acoso de los hurritas era por entonces mucho más intenso. En 1720 Samsuiluna consiguió rechazar una oleada hurrita que arrasó Canaán, bien provista de carros, arcos y flechas. La horda no se detuvo, sino que siguió hacia el sur, engrosada con cananeos, y llegó hasta Egipto. Por aquel entonces, Egipto estaba desmembrado y débil, por lo que no pudo oponer ninguna resistencia. Los Egipcios llamaron Hicsos a los invasores (que, al parecer, significa "extranjeros") y contaron a sus reyes en las dinastías XV y XVI. No sabemos gran cosa de los hicsos, pues los egipcios los odiaron profundamente y no escribieron nada sobre ellos, salvo algunos pasajes difamatorios. Los hicsos formaron un imperio que comprendía el Bajo Egipto y Canaán. Su capital estuvo en Tanis, sobre la rama más oriental del Nilo en el delta. Al parecer, el delito de los hicsos a ojos de los egipcios (aparte del hecho de que eran extranjeros y su invasión había herido el orgullo nacional) fue que no adoptaron los dioses y el culto nativo. Egipto era un pueblo firmemente arraigado a su tradición y no podía concebir otra forma de vida decente que no fuera la suya. Acusaron a sus conquistadores de ateos y crueles y nunca dejaron de mostrarse hostiles con ellos. El imperio hicso tenía su capital en Egipto, pero su fuerza estaba en Canaán, donde fueron bien aceptados. Los hicsos no extendieron su dominio sobre el Alto Egipto, pero lo dejaron sumido en un estado de caos del que tardaría en recuperarse.
Mientras tanto, los Hititas, que tiempo atrás habían ocupado Anatolia, empezaban a dar muestras de organización. El primer rey del que tenemos noticia se llama Anitta, rey de Kussara, que emprendió un proceso de conquista y unificación del territorio. Hacia 1700 dominaba la mitad de la península. Los hititas adoptaron la escritura cuneiforme y la adaptaron a su lengua indoeuropea. Mientras tanto, los nómadas de los montes Zagros, llamados ahora Casitas, aprendieron la técnica del carro y el caballo e iniciaron un proceso de incursiones sobre el Imperio Babilónico.

Por estas fechas un terremoto sembró la destrucción en la isla de Creta, que perdió temporalmente su hegemonía en el Mediterráneo. Es posible que los griegos aprovecharan la situación para infligir una derrota a los cretenses. Tal vez esto diera pie a la leyenda sobre Teseo, el príncipe ateniense que mató al Minotauro y liberó a su ciudad del tributo que debía pagar al rey Minos de Creta.
Hacia 1645 la ciudad de Tebas estaba recuperada de los estragos de los hicsos. El dios principal de la ciudad era Amón, y sus sacerdotes lograron reestablecer el orden y eligieron entre ellos un rey, el primero de la XVII dinastía, que coexistió con la XVI dinastía hicsa. Los reyes tebanos se consideraban los reyes legítimos de todo Egipto, si bien en la práctica sólo dominaban la ciudad y sus alrededores.
Hacia 1640 el rey Hattusil I de Kussara logró dominar a los hititas del oeste de Anatolia y a los hurritas del norte de Siria, formando así un reino poderoso con capital en Hattusa. Con el tiempo la capital se convertiría en un importante centro cultural.  En 1610 Mursil I sucedió a Hattusil I. El nuevo rey reafirmó su poder en la región y puso su mirada en Babilonia. De este modo, Babilonia se vio enfrentada simultáneamente a los hititas al noroeste, a los hurritas al norte y a los casitas al este. El fin estaba cerca.
Durante el siglo XVI, la isla de Creta se recuperó de su declive. Se volvieron a construir palacios más grandiosos que los de los tiempos anteriores. Los nuevos palacios tenían un gran patio central con gradas monumentales para espectadores, donde se celebraban competiciones de lucha (algo similar al boxeo, aunque también se golpeaba con los pies) y juegos rituales con toros: unos atletas saltaban sobre los animales y, tras una voltereta, caían de pie. El toro tenía una gran importancia religiosa en esta cultura. La parte de la leyenda griega sobre el Laberinto, que el rey Minos había hecho construir para encerrar al Minotauro, parece remontarse a esta época. Las casas particulares tenían hasta cinco plantas con escaleras interiores. Se conservan pinturas de escenas cotidianas, en las que los hombres juegan a un cierto juego de tablero mientras el ama de casa teje lana, hay escenas de caza, otras de hombres acompañados de perros y gatos, etc. Los cretenses tenían un dios principal poderoso e iracundo, pero también había una diosa Madre a la que se podía rogar que aplacara a su hijo. El rey era descendiente de este dios y, de hecho, era éste quien le decía en cada momento lo que convenía hacer, de modo que oponerse a una orden real era oponerse a la voluntad divina. Todo esto es lo que se desprende de las numerosas pinturas de la época. De los testimonios escritos no se puede concluir nada, pues no se conoce la lengua cretense. La escritura del periodo anterior (la que terminó en 1700) era pictográfica, pero ahora se usaba una nueva en forma de líneas onduladas irregulares (escritura Lineal A).
La cultura cretense se extendió por las islas Cícladas y por el Peloponeso, cuyas ciudades principales a la sazón eran Micenas, Tirinto y Argos. Otras ciudades que más adelante adquirirían importancia eran Esparta y Corinto y, ya fuera del Peloponeso, Atenas y Tebas.

En 1595 el rey hitita Mursil I tomó Babilonia. No obstante, no pudo controlar la ciudad, pues los casitas aprovecharon la ocasión y descendieron definitivamente de los montes Zagros e impusieron su dominio sobre lo que había sido el Imperio Babilónico. Una vez más, la región pasó por un largo periodo de decadencia mientras los bárbaros invasores fueron asimilando lentamente la cultura mesopotámica y la versión babilónica de la religión sumeria. Las leyes hititas no establecían claramente la fórmula de sucesión del rey, por lo que en 1590 el rey Mursil I fue asesinado y el estado cayó en una crisis interna.
Por otra parte, las ciudades civilizadas habían aprendido de los hicsos el uso bélico del caballo, con lo que éste dejó de ser una ventaja para los pueblos nómadas. Los reyes tebanos del Alto Egipto tenían caballos y los usaron para combatir a los invasores. El último rey de la XVII dinastía fue Kamosis, que redujo el dominio hicso a las vecindades de su capital. En 1570 fue sucedido por su hermano Ahmés (que, por algún extraño motivo, los egipcios catalogaron como primer rey de una XVIII dinastía). Ahmés libró una batalla decisiva en el Delta, en la que derrotó a Apofis III, el último rey hicso. El ejército hicso huyó a Palestina, pero Ahmés lo siguió y lo volvió a derrotar. Indudablemente, los hicsos ya no eran entonces los toscos guerreros de antaño, sino que habían asimilado los lujos egipcios y se habían debilitado. A partir de aquí desaparecen de la historia: la mayoría de ellos permanecieron en el territorio entre los fenicios, cananeos, amorreos, etc., pero ya sin ninguna identidad que los uniera.
Con sus victorias, Ahmés logró imponer su autoridad sobre un Nuevo Imperio Egipcio. Parece que las tensiones entre el rey y la nobleza quedarón atrás. Ahora Egipto tenía carros y caballos, así como un nuevo orgullo nacional. El rey ya no sólo era sacerdote y dios, sino también un gran general. Su autoridad era indiscutible. Una muestra de la nueva reverencia que se le reservaba es que los egipcios ya no se referían a él como "el rey", sino con el circunloquio más pomposo de "la gran casa" o "el palacio", voz que ha derivado en la expresión Faraón. Aunque anacrónicamente se llama faraones a todos los reyes egipcios, lo cierto es que este título surgió con el Imperio Nuevo.
En 1545 Ahmés fue sucedido por su hijo Amenofis I, quien retomó Nubia, el Sinaí y todo Canaán hasta Fenicia, como en los tiempos del Imperio Medio. Al oeste, los pastores libios protagonizaban frecuentes incursiones en territorio egipcio desde tiempos de los hicsos. El nuevo faraón puso fin a esta situación ocupando una buena franja del desierto libio.
En 1525, tras la muerte de Amenofis I ocupó el trono Tutmosis I, quien extendió el control egipcio sobre el Nilo hasta la cuarta catarata, mucho más allá que en cualquier época anterior. En Canaán llegó hasta la ciudad de Karkemish, en plena siria, a orillas del Èufrates. Los soldados egipcios quedaron fascinados por la abundante lluvia "un Nilo que cae del cielo". El propio Éufrates fue también causa de sorpresa, pues los Egipcios usaban la misma expresión para referirse al Norte que para decir "río arriba". Así, el Éufrates era un río que, "fluyendo hacia el norte, fluye hacia el sur".
La ciudad de Tebas gozaba ahora de más prestigio que nunca. Tutmosis I construyó grandes templos, y cada uno de los reyes posteriores trató de superar a los precedentes. La construcción de pirámides se abandonó definitivamente (todas habían sido saqueadas por los ladrones de tumbas). En su lugar, Tutmosis I optó por ocultar su mausoleo tras una compleja red de túneles excavados en la roca de una colina cercana a Tebas. Durante los últimos años de su reinado gobernó junto a su hijo y sucesor, Tutmosis II.
Mientras tanto, hacia 1500, los hurritas, que llevaban hostigando a mesopotamia desde hacía tres siglos, finalmente se organizaron en un estado conocido como Mitanni, que ocupó una buena parte de lo que había sido el ahora decadente imperio asirio. Asur conservó su independencia, pero fue tributaria del nuevo reino. Mitanni arrebató también a los hititas gran parte de sus dominios, mientras éstos seguían bajo monarquías débiles que se disputaban el poder. El rey Telibinu trató de establecer una ley de sucesión clara, pero no pudo evitar que el reino hitita sucumbiera ante los hurritas de Mitanni.
En la actual Guatemala se estaban formando las primeras comunidades agrícolas.
En 1490 murió el faraón Tutmosis II. Siguiendo una costumbre egipcia, éste se había casado con su hermana Hatshepsut (probablemente, los orgullosos reyes egipcios consideraban que ninguna mujer era digna de ellos salvo que fuera de su propia familia). Fue ella quien realmente gobernó el Imperio desde la muerte de Tutmosis I. Por su parte, Tutmosis II había tenido un hijo con una concubina, Tutmosis III, a quien teóricamente le correspondía el trono, pero era menor de edad y su tía y madrastra quedó como regente. Hatshepsut es la primera mujer gobernante conocida en la historia. En los monumentos que construyó se representa a sí misma con vestimentas masculinas, sin pechos y con una barba postiza. Bajo su mandato dejó de lado la expansión militar y, en su lugar, fomentó el comercio, las minas y la industria. En aquella época estaba de moda la construcción de obeliscosgigantes: finas columnas de piedra de tal altura que todavía no está claro cómo conseguían erigirlas sin que se rompieran. Originalmente fueron erigidos en honor al dios Ra, en tiempos del Imperio Antiguo, pero entonces no eran especialmente altos: unos tres metros y medio. En el Imperio Medio se construyeron obeliscos de más de 20 metros de altura, Tutmosis I construyó uno de 24 metros y Hatshepsut llegó a los 30 metros.
Hatshepsut murió en 1469, cuando Tutmosis III tenía unos veinticinco años. Indudablemente, debió de vivir oprimido por su madrastra, pues tras su muerte ordenó eliminar su nombre de todos los monumentos en los que aparecía, sustituyéndolo por el suyo o por el de su padre o su abuelo. Incluso dejó su tumba incompleta, que es la mayor venganza que podía tomarse, de acuerdo con la mentalidad egipcia.
El periodo pacifista de Hatshepsut había acrecentado a las ciudades cananeas. El nuevo faraón había sido un títere de su madrastra, así que los cananeos debieron de pensar que sería un monarca débil y que era el momento idóneo para librarse del yugo egipcio. El reino de Mitanni fomentó la rebelión, que fue encabezada por la ciudad de Cadesh, tal vez el último resto del Imperio Hicso.
Sin embargo, el nuevo monarca resultó ser un buen general. En 1468 se enfrentó con un ejército cananeo en Megiddo, un enclave estratégico para la defensa de Cadesh. Tutmosis III aprovechó que el grueso del ejército se encontraba en otra parte (pues tomó una ruta diferente a la que sus enemigos habían conjeturado) y consiguió así una primera victoria. Dejó parte de su ejército sitiando la ciudad y siguió avanzando. A los siete meses Megiddo cayó en poder egipcio. Año tras año, Tutmosis III reanudaba sus campañas en Canaán, hasta que en 1462 llegó a la misma Cadesh y la destruyó. Luego cruzó el Éufrates y se internó en Mitanni, pues Cadesh no habría resistido tanto tiempo sin su ayuda. No obstante no se atrevió a ocupar permanentemente una región tan alejada. Durante un siglo, el dominio de Egipto sobre Canaán no tuvo discusión.
Mientras tanto, el dominio de Creta sobre el Mediterráneo fue decayendo en favor de la civilización micénica. Hacia 1450 se aprecian signos de destrucción en muchas ciudades cretenses, e incluso periodos de ocupación griega. Por otra parte, el rey hitita Tudhaliyas II logró una victoria temporal sobre Mitanni, pero sus sucesores perdieron territorios por todas partes.
En 1438 murió Tutmosis III y fue sucedido por su hijo Amenofis II, que continuó la política de expansión de su padre y reprimió dos levantamientos en Asia. Reinó hasta 1412, cuando fue sucedido por su hijo Tutmosis IV. Éste promovió una política de paz con Mitanni, y llegó incluso a tomar por esposa a una de sus princesas (algo completamente inusitado hasta entonces). Con Tutmosis IV empezó a cobrar importancia un dios que hasta entonces sólo había desempeñado un papel secundario en el panteón egipcio, el dios Atón. Es probable que en ello influyera la reina. La religión hitita era mucho más simple que la egipcia, por lo que tal vez a la reina le resultó más fácil identificar sus creencias con el culto a un dios modesto como Atón frente al sofisticado culto a Amón-Ra. En cualquier caso, lo cierto es que Tutmosis IV le rindió un ostensible homenaje.
Con el siglo XIV se inicia la llamada Edad Micénica griega. Las ciudades del Peloponeso, con Micenas a la cabeza, arrebataron gradualmente a Creta su dominio sobre el mar Egeo. Al parecer, los griegos micénicos eran el resultado de la fusión entre un pueblo indoeuropeo que llevaba ya siglos ocupando el norte de Grecia con un pueblo nativo no indoeuropeo, conocido como Pelásgico, que ocupaba las costas y las islas. No tenemos muchos detalles de este periodo, pero de algún modo los indoeuropeos grecohablantes absorbieron la cultura de los pelásgicos (que a su vez éstos habían tomado de los cretenses) y se convirtieron en una clase dominante.  Prueba de ello es que en 1400 cayó definitivamente en manos de los griegos micénicos la ciudad de Cnosos, y a partir de entonces la escritura lineal A (no descifrada) fue sustituida por una escritura de aspecto similar, la lineal B, que ha resultado ser una forma de griego arcaico. Los documentos descifrados contienen recetas e instrucciones para el trabajo. No hay literatura, ni ciencia, ni historia, por lo que podemos pensar que los micénicos eran una mezcla sencilla de comerciantes, navegantes y guerreros. Tal vez los griegos indoeuropeos fueron los que promovieron la rebelión contra el dominio cretense y ello les diera a su vez el predominio sobre los pelásgicos. La lengua pelásgica debió de conservarse en un segundo plano frente a la griega durante varios siglos. Por su parte, los griegos situados más hacia el interior no recibieron con igual intensidad la antigua cultura cretense, sino que permanecieron en un estadio más primitivo frente a los griegos micénicos. Es probable que esta diferenciación cultural se corresponda con la diferenciación de dos de los dialectos más importantes del griego clásico: los griegos micénicos debían de hablar el dialecto jónico, mientras los griegos del interior debían de hablar el eólico. La cultura micénica se extendió hasta el sur y el centro de italia.
Mientras tanto Canaán florecía bajo el protectorado egipcio. Los fenicios revolucionaron la escritura. Todos los sistemas de escritura conocidos hasta entonces se basaban en asignar un signo a cada palabra. Esto hacía que la escritura fuera un arte muy complejo, pues había que recordar cientos de signos distintos. Ocasionalmente, algunos signos se usaban con valor fonético para modificar el significado de otro signo, pero los fenicios fueron los primeros que desarrollaron la idea y crearon un sistema de escritura alfabética, es decir, un sistema en el que cada signo representa un sonido, de tal modo que con un reducido inventario de signos (alfabeto) se puede representar cualquier palabra. Para ello eligieron palabras que empezaran por cada uno de los signos de su lengua y convinieron en usar sus signos para representar únicamente a dicho sonido inicial. Por ejemplo, la palabra "buey" era aleph, cuyo primer sonido era una oclusión glótica que no existe en castellano, y su signo pasó a ser la primera letra del alfabeto cananeo. Las siguentes fueron beth, gimel y daleth, que significan "casa", "camello" y "puerta", pero que para los fenicios pasaron a representar los sonidos b, g y d, respectivamente. El alfabeto fenicio no tenía signos para las vocales. Ello se debe a que en las lenguas semíticas cada raíz léxica está asociada a un grupo específico de consonantes, de modo que las vocales sólo tienen una función de apoyo, en todo caso con un valor gramatical que puede deducirse del contexto, es decir, en la lengua cananea no había grupos de palabras como "peso" y "piso", que comparten las mismas consonantes con significados completamente distintos, por lo que, si se escribían las consonantes, cualquier hablante podía reconstruir las vocales. La escritura ha sido inventada independientemente por varias culturas a lo largo de la historia, pero todos los sistemas de escritura alfabética conocidos provienen del fenicio.
Por otra parte, el comercio fenicio se enriqueció con productos novedosos. Mejoraron las técnicas egipcias de fabricación del vidrio, pero sobre todo descubrieron la púrpura, un tinte rojo extraído de unos moluscos con el que se elaboraban tejidos de color brillante que no desteñían al ser lavados. Los fenicios guardaron celosamente el secreto de la elaboración de este tinte, con lo que monopolizaron su comercio durante siglos. La púrpura fue muy codiciada, y se vendía a precios elevados. Entre las ciudades que más se beneficiaron de estas innovaciones estaban Tiro y Sidón.
En 1387 ocupó el trono de Egipto Amenofis III, hijo de Tutmosis IV y de la princesa de Mitanni con la que se casó. Bajo su reinado Egipto disfrutó de un largo periodo de paz. El nuevo faraón se casó también con una princesa de Mitanni, llamada Tiy, de la que estaba profundamente enamorado, como se deduce de diversas inscripciones. Construyó para ella un monumental lago de recreo de más de un kilómetro de largo en la orilla occidental del Nilo. Durante su reinado el dios Atón siguió ganando protagonismo. Es posible que Amenofis III, influido por sus padres y su esposa, llegara a considerarlo como a su dios principal, si bien oficialmente mantuvo los ritos tradicionales. Sin embargo, parece ser que su hijo no recibió una educación religiosa "tradicional", sino que nunca llegó a identificarse con las antiguas creencias egipcias.
Mientras tanto, Babilonia seguía sumida en el periodo de decadencia que produjo la invasión de los casitas. Mitanni cayó en una crisis interna debido a disputas en la sucesión al trono, al igual que había ocurrido en el reino hitita en los años anteriores, mientras que éste se recuperó con las campañas militares del príncipe Shubbiluliuma, que fue proclamado rey en 1371.
En 1370 murió Amenofis III. En su honor se construyó un magnífico templo, cuya entrada estaba flanqueada por dos enormes estatuas suyas. Una de ellas tenía la propiedad de emitir una nota al amanecer. Sin duda los sacerdotes habían preparado algún dispositivo mecánico que dio lugar a muchas leyendas. El trono fue ocupado por el que en un principio se llamó Amenofis IV, pero que en 1366, cuatro años después, cambió por el de Akenatón. Su antiguo nombre significaba "Amón está compacido", mientras que el nuevo era "Agradable a Atón". Con ello el nuevo faraón declaraba su apostasía respecto del dios principal de los egipcios, Amón-Ra, y su intento de sustituirlo por el dios Atón. El nuevo faraón tenía ideas revolucionarias en materia religiosa. Al principio representaba a Atón con cuerpo humano y cabeza de halcón, pero pronto abandonó esta imagen y la sustituyó por una representación del Sol, como un disco del que partían rayos que terminaban en manos. Al igual que Ra, el dios Atón era para Akenatón el dios del sol, pero el faraón negaba todos los mitos que los egipcios habían reunido en torno a Amón-Ra. Para Akenatón, su dios era el mismo Sol, no un dios antropomorfo que dominaba el Sol, sino el mismo Sol, un ente celeste que proporcionaba la luz, el calor y la vida a la Tierra y velaba por todas las criaturas. Más aún, Akenatón no se conformó con elevar el rango de Atón entre los dioses egipcios, sino que lo convirtió en sumo hacedor y afirmó que era el único dios verdadero. Se trata del primer caso de monoteísmo en la historia (la tradición judía remonta su monoteísmo al principio de los tiempos, pero es muy improbable que Abraham tuviera a su dios por único).
Akenatón trató de abolir la religión egipcia, objetivo que, naturalmente, era imposible incluso para el monarca más poderoso del mundo. Se encontró con la incomprensión del pueblo y con la oposición implacable de los poderosos sacerdotes. Decidió construir una nueva capital dedicada íntegramente al culto a Atón. La llamó Aketatón (el horizonte de Atón) y fue emplazada a mitad de camino entre Menfis y Tebas. Allí construyó templos y palacios para sí mismo y para la nobleza que le era leal. El templo de Atón era un edificio singular, pues carecía de techo, para que el Sol pudiera lucir siempre en su interior. Akenatón terminó aislándose en su nueva capital desatendiendo los asuntos exteriores. Se dedicó casi exclusivamente a perseguir al antiguo clero, a rectificar inscripciones eliminando las referencias a los dioses y a difundir sus creencias en el entorno reducido de su familia y la corte.
La mujer de Akenatón se llamaba Nefertiti,  y es muy conocida porque se conserva un hermoso busto de piedra con su imagen. Probablemente era una princesa asiática, como su madre. La familia real (el matrimonio y sus seis hijas) ocupaba un lugar central en el nuevo culto que ideó el faraón. Sus himnos hablan de amor universal y revelan un pensamiento místico y humanista. Akenatón propició también un arte natural y verista. Hasta entonces, los egipcios representaban siempre las cabezas de perfil, el tronco de frente y las piernas de nuevo de perfil, de modo que las poses resultaban artificiales y las expresiones faciales eran siempre similares. En cambio, Akenatón y Nefertiti se retrataron en poses informales, en escenas cotidianas, jugando con sus hijas, en momentos de afecto, etc. El propio Akenatón es representado como un hombre feo, barrigudo y de muslos gruesos, un realismo inusitado en Egipto.
Durante el reinado de Amenofis III había ascendido al poder un general semita llamado Yanhamu, que llegó a ser gobernador de los territorios egipcios en Palestina. No fue el único cananeo que gozó de una posición de prestigio en Egipto. Es probable que alguno de ellos (o varios) diera origen al mito bíblico sobre José, un cananeo que ascendió de la esclavitud a virrey de Egipto. Bajo el reinado de Akenatón Yanhamu estuvo en egipto, y es plausible que ocupara el alto cargo de "director de los graneros", lo que acabaría vinculándolo con una antigua leyenda egipcia, originariamente atribuida a Imhotep, según la cual José interpretó los sueños del faraón y previno siete años de hambre, y así ordenó a tiempo almacenar las provisiones necesarias para alimentar al pueblo en los años de escasez.
Mientras tanto, el rey hitita Shubbiluliuma había recuperado las provincias que su reino había perdido años atrás y en 1365 asoló Mitanni. Formó así un imperio (conocido como Nuevo Reino Hitita) al que los reyes del suroeste de Anatolia y el norte de Siria estaban sometidos por tratados desiguales. Al tiempo que Mitanni decaía, en Asiria surgió un rey poderoso, Ashur-Uballit, que logró la total independencia de su reino respecto de Mitanni.
Se suponía que Mitanni era aliado de Egipto, pero Akenatón no respondió a las peticiones de ayuda, ni tampoco a las de los virreyes y generales de Egipto en Siria, que le informaban de que las posiciones egipcias se veían seriamente amenazadas y solicitaban que enviara a Yanhamu con un ejército. En efecto, unas nuevas tribus nómadas semíticas habían surgido de Arabia, al igual que sucediera con los amorreos tiempo atrás, y amenazaban las posesiones egipcias en Canaán. Eran los hebreos. Pese a la negligencia de Akenatón, los ejércitos egipcios pudieron impedir que los hebreos se instalaran permanentemente al oeste del Jordán. Sin embargo, los recién llegados formaron tres reinos al este: Amón, Moab y Edom. Los hebreos adoptaron la lengua cananea (estrechamente emparentada con la suya), así como el alfabeto, con algunas adaptaciones. Paulatinamente fueron asimilando diversos aspectos de la cultura cananea.
En 1362 murió Akenatón, con seis hijas, pero sin ningún hijo que pudiera sucederle. El trono fue ocupado por uno de sus yernos, Smenkere, que teóricamente profesaba el culto a Atón, pero no hizo nada para impedir que todas las innovaciones religiosas promovidas por Akenatón quedaran en el olvido. Los conversos a la nueva religión la abandonaron rápidamente, los sacerdotes recuperaron todo su poder. En 1352 ocupó el trono un segundo yerno de Akenaton, que en principio se llamaba Tutankatón, pero que cambió su nombre por el de Tutankamón, confirmando así el retorno a la religión tradicional. Tebas pasó a ser de nuevo la capital del imperio. La ciudad de Aketatón fue abandonada y se convirtió en una especie de "ciudad fantasma". Como faraón, Tutankamón no tuvo gran importancia: tenía unos doce años cuando inició su reinado y murió sobre los veinte. No obstante ha pasado a la historia por ser el único faraón cuya tumba no fue saqueada por los ladrones. Ello se debió a que en la construcción de una tumba para un faraón posterior la entrada de la tumba de Tutankamón fue cubierta por unas piedras de forma accidental, y así pasó desapercibida.
En 1344 murió el rey hitita Shubbiluliuma, al que sucedió Mursil II. El nuevo rey supo mantener el poder del Nuevo Reino conteniendo eficazmente las revueltas relativamente frecuentes de los reinos sometidos. Ocupó las posiciones egipcias en Siria y sometió completamente a Mitanni.

A la muerte de Tutankamón, en 1338,  el trono egipcio no tenía heredero. Finalmente se hizo con el poder un devoto de la religión de Akenatón, llamado Ay, que al parecer no era de sangre real, pero se casó con la viuda de Tutankamón para legitimar su título. Ay intentó reconstruir la obra de Akenatón, pero se trataba de un intendo desesperado. Los sacerdotes buscaron el apoyo de un general competente, Horemheb, al que lograron convertir en faraón en 1333 casándolo con una princesa. Horemheb erradicó definitivamente el culto a Atón y reorganizó el país. Envió expediciones para restablecer el control egipcio sobre Nubia, pero prefirió no enfrentarse a los hititas en Siria.
En 1330 Babilonia empezaba a dar muestras de recuperación tras la invasión de los casitas. Éstos habían reconstruido el templo de Marduk y ahora patrocinaron la reconstrucción de Ur.  En 1315 muere el rey Mursil II y es sucedido por Muwatalli, bajo cuyo gobierno el reino hitita mantuvo su vigor.
En 1306 muere el faraón Horemheb y es reemplazado por uno de sus generales, Ramsés I, con el que comienza la XIX dinastía. En realidad sus dos antecesores no pertenecían a la familia de la XVIII dinastía salvo por matrimonios de conveniencia, pero los egipcios los incluyeron en ella. Ramsés I era ya mayor, por lo que reinó poco más de un año. En 1304 fue sucedido por su hijo Seti I. El nuevo faraón reestableció todo el poderío del Nuevo Imperio egipcio. Recuperó las posiciones de Siria, si bien no pudo aplastar a los hititas, con los que tuvo que firmar una paz de compromiso.

A principios del siglo XIII los hombres aprendieron a fundir el hierro y combinarlo con carbón para producir acero. El hierro mineral es blando e inútil, pero el acero es un metal duro que permitía fabricar armas mucho más poderosas que las de bronce, por lo que tenía un valor estratégico incalculable. El descubrimiento tuvo lugar al sur del Cáucaso, en una zona controlada a la sazón por el poderoso reino hitita. Las técnicas de fundición del hierro eran mucho más complicadas que las del bronce, pues requieren temperaturas mucho más elevadas. Además no se conocían muchos yacimientos. Los hititas mantuvieron la nueva técnica en secreto, a la espera de poder utilizarla a gran escala. Así, durante algún tiempo las regiones civilizadas ignoraron su existencia. Sin embargo, para las tribus nómadas indoeuropeas unas pocas armas de hierro podían ser decisivas en pequeñas luchas con tribus vecinas, así que las nuevas técnicas se difundieron hacia el norte entre los pueblos indoeuropeos. Se iniciaba así la Edad del Hierro.
El hierro llegó hasta Grecia. Hay constancia de que las tribus eolias que habitaban la Grecia interior, menos civilizadas que las tribus jónicas de la Grecia micénica, importaban del norte hierro fundido en pequeñas cantidades, si bien no lo fabricaban. Los historiadores griegos se refieren a estas tribus con el nombre de Aqueos. No hay muchos datos sobre quiénes eran los aqueos. Tal vez fueran simplemente los griegos eólios o tal vez éstos absorbieron, pacíficamente o no, a nuevas tribus del norte que les trajeron el conocimiento del hierro junto con nuevos rasgos culturales. Por ejemplo, una costumbre diferenciada de los aqueos que permite seguirles el rastro frente a los micénicos es que en lugar de enterrar a sus muertos los incineraban. La incineración parece haber surgido con las nuevas técnicas de fundición que requería el hierro. Los aqueos debieron de ser un pueblo más rudo que los micénicos, pero éstos debieron de ver en ellos un refuerzo conveniente para sus campañas militares.
Combinando la arqueología con la tradición griega posterior, la Grecia micénica ofrece esta imagen: había una oligarquía dominante (probablemente indoeuropea, frente a un pueblo de origen pelásgico). Los nobles son carnívoros y prefieren los lechones, mientras que el pueblo es vegetariano y se alimenta principalmente de trigo tostado y pescado. Los nobles beben vino y usan la miel como edulcorante, mientras que el pueblo bebe agua. La propiedad de la tierra está vinculada a la familia, en cuyo seno rige una especie de régimen comunista. No hay una división del trabajo en oficios, sino que cada familia se fabrica lo que necesita. Hasta el rey siega, cose y clava tachuelas. No labraban metales, sino que importaban el bronce del norte y, en escasas cantidades, el hierro. Usaban carros tirados por mulos, aunque eran caros y pocos podían permitírselos. Había esclavos, pero poco numerosos y, por lo general, bien tratados. Principalmente eran mujeres que se ocupaban de las labores domésticas. Usaban el oro como dinero (a peso, sin acuñar monedas), pero sólo para transacciones importantes, lo habitual era pagar con pollos, medidas de trigo, cerdos, etc. La riqueza de una familia no se medía por su dinero sino por sus posesiones. Daban gran importancia a la elegancia  y la belleza física. Sus trajes eran de lino, a modo de saco con un agujero para la cabeza, si bien trataban de adornarlos con bordados y otros detalles. Un buen vestido era considerado como algo muy valioso. Las casas de los pobres eran de adobe y paja, las de los ricos de piedra y ladrillo. Constaban de una estancia única con un agujero en el techo a modo de chimenea. No tenían templos, sino que las estatuas de los dioses quedaban al aire libre.
Por esta época debió de empezar a cobrar importancia la ciudad de Troya. Estaba situada en la costa de Anatolia, en un lugar estratégico para controlar el paso por el Helesponto, un estrecho que comunica el Mediterráneo con un pequeño mar, la Propóntide, que a través del estrecho del Bósforo comunica a su vez con el Mar Negro. El Mar Negro, ofrecía grandes posibilidades para el comercio, alejado del disputado Mediterráneo y con una extensa costa llena de pueblos no muy civilizados a los que se podía ofrecer artículos de lujo a cambio de minerales y otras materias primas. Algunos comerciantes llegaron incluso a China por esta vía, de donde importaban artículos exóticos, como el Jade. Así pues, Troya estaba en condiciones de aprovecharse directa e indirectamente de este comercio, sin más que exigir un tributo a todo el que quisiera cruzar el Helesponto.
No se sabe a ciencia cierta quiénes eran los troyanos. La ciudad estuvo habitada desde mucho tiempo atrás, pero ahora había caído bajo el control de una nobleza grecohablante. Tal vez fueran griegos micénicos que la habían ocupado a modo de colonia, pero es más plausible que los "nuevos" troyanos fueran un grupo de cretenses que, ante la decadencia de su nación, decidieron trasladarse a un lugar más propicio para "volver a empezar". Su buen conocimiento del Mediterráneo les habría llevado a Troya, donde habrían sometido a la población asiática y se habrían convertido en un molesto rival para los griegos micénicos.
Mientras tanto, las grandes potencias cambiaban de reyes. Hacia 1300 el rey Ashur-Uballit ya había muerto, pero su hijo continuó reforzando a Asiria y llegó a saquear el agonizante reino de Mitanni. El rey hitita Muwatalli murió en 1295, pero el Nuevo Reino siguió siendo la potencia dominante en Siria y, por consiguiente, la mayor preocupación para Egipto. En 1290 murió el faraón Seti I, y fue sustituido por su joven hijo Ramsés II, que reinó durante sesenta y siete años, marca sólo superada en la historia de Egipto por el antiguo rey Pepi II. Ramsés II resulto ser el ególatra más poderoso del mundo. Cubrió Egipto de monumentos en su honor, con inscripciones que relataban jactanciosamente sus victorias y su grandeza. Incluso puso su nombre en monumentos más antiguos para atribuirse méritos ajenos. Amplió el ya enorme templo de Tebas, de modo que se convirtió en el templo más grande y fastuoso construido jamás en la historia. La mayor sala del templo, la sala hipóstila, medía unos 5.000 metros cuadrados y su techo se sustentaba mediante 134 columnas de 21 metros de altura. En 1288 subió al trono hitita Hattusil III, que en 1286 tuvo que enfrentarse a una expedición egipcia encabezada por el propio Ramsés II. La batalla tuvo lugar cerca de la ciudad de Kadesh. La única información que tenemos sobre ella es la versión oficial del faraón, según la cual el ejército egipcio fue pillado por sorpresa y se tuvo que retirar precipitadamente, pero Ramsés decidió vencer o morir, se lanzó el solo contra todo el ejército enemigo y lo mantuvo a raya hasta que sus hombres se reorganizaron y recibieron refuerzos. Finalmente los hititas fueron estrepitosamente aniquilados. No hay motivos para creer nada de todo esto. Pasara lo que pasara en la batalla, la realidad es que el poder hitita no disminuyó lo más mínimo, sino que la guerra se mantuvo durante tres años, hasta que ambos reyes firmaron una paz de compromiso en 1283.
Se inició así el periodo de mayor esplendor de la cultura hitita. En los archivos de Hattusa, su capital, se han encontrado miles de tablillas escritas en hitita y algunas en acadio con anales, tratados, leyes, actas de distribución de tierras y textos religiosos, algunos en lenguas muertas (en la época). Egipto, pese al acuerdo de paz, inició una serie de intrigas, estimulando a Asiria contra el reino hurrita. En 1275 el rey Salmanasar I, nieto de Ashur-Uballit funda el Primer Imperio Asirio. En 1270 arrebató Mitanni al control hitita, fecha en la que podemos considerar que este reino desaparece definitivamente de la historia. Asiria recuperó todo el territorio que había poseído en tiempos de Shamshi-Adad I, el fundador de la dinastía que había gobernado ininterrumpidamente en Assur tanto en los buenos como en los malos tiempos. Salmanasar usó las riquezas y los esclavos obtenidos con sus conquistas para embellecer Assur, la capital, y Nínive, la segunda ciudad más emblemática del reino. Sin embargo, consideró que su nuevo imperio requería una nueva capital, y así fundó a mitad de camino entre ambas la ciudad de Calach.
En 1265 murió el rey hitita Hattusil III y le sucedió Tudhaliyas IV. Durante su reinado la cultura hitita recibió muchas influencias hurritas y mesopotámicas (probablemente el reino hitita recibió muchos refugiados de lo que había sido Mitanni y de otras regiones ocupadas por Asiria). El nuevo rey supo sofocar las revueltas que periódicamente se producían en distintos puntos de los dominios hititas, e incluso extendió sus fronteras hacia el oeste, alcanzando el Egeo.
Hacia 1250 Canaán empezó a recibir el embate de nuevas tribus nómadas emparentadas con los hebreos que cien años antes habían ocupado el este de Canaán. Sin embargo, este parentesco no influyó en los hebreos, que rechazaron a los recién llegados. Las primeras en hacer su aparición debieron de ser las tribus de Rubén, Isacar y Zabulón, formaron la coalición de Lía (el nombre de una diosa de los pastores cananeos, vinculada con la Luna), a la que luego se sumaron como tributarios Gad y Aser. La primera de estas dos tribus deriva su nombre de un dios de la buena fortuna, cuyo culto se extendía desde Fenicia hasta Arabia. Aser proviene de Ashir, que era una diosa cananea también de culto muy difundido. La ciudad de Hesbón, situada en el límite septentrional de Moab, aprovechó que el ejército moabita estaba concentrado al este contra los recién llegados y se rebeló con éxito, deshaciéndose de las pocas tropas moabitas de la zona. Las tribus de Lía reaccionaron rápidamente y aprovecharon el caos creado por Hesbón. Atacaron la ciudad y la arrollaron, con lo que se abrieron paso hasta el Jordán. Ocuparon un territorio entre Amón y Moab que más adelante se quedaría en exclusiva la tribu de Rubén.
En 1245 murió Salmanasar I, y fue sucedido por su hijo Tukulti-Ninurta I, bajo el cual el imperio asirio llegó a su máxima extensión. Condujo campañas a los montes Zagros y llegó hasta el Cáucaso, donde un grupo de hurritas se acababa de asentar formando el reino de Urartu. Luego derrotó a los casitas en el sur y los sometió a tributo, y más tarde ocupó Elam. De este modo, Asiria dominaba ahora toda Mesopotamia. Además, Asiria conoció así las nuevas técnicas hititas para tratar el hierro, si bien todavía no se disponía de él en cantidades necesarias para que fuera relevante.
En 1230 muere el rey hitita Tudhaliyas IV y le sustituye Arnuwanda III, bajo cuyo reinado las sublevaciones de los pueblos sometidos se agravaron peligrosamente.
Mientras tanto, el Imperio Egipcio disfrutaba de un periodo de paz y prosperidad. La corte era ostentosa y magnificente como nunca lo había sido, Ramsés II tenía muchas esposas que le dieron una multitud de hijos, pero a medida que se iba haciendo mayor fue dejando de lado los asuntos del gobierno, y como consecuencia la nobleza fue ganando poder. La mejora del nivel de vida hizo difícil encontrar hombres con vocación militar, por lo que el ejército se nutría cada vez más de mercenarios extranjeros, de los que no se podía esperar el arrojo de los soldados movidos por un fervor patriótico, e incluso podían volverse peligrosos en épocas difíciles. Así, aunque aparentemente todo estaba en orden, lo cierto es que las bases del poder egipcio estaban siendo minadas poco a poco.
Durante los últimos años del reinado de Ramsés II la presión sobre los reinos hebreos de Edom, Amón y Moab seguía aumentando. Llegó una nueva tribu dirigida por un caudillo poderoso: Josué. Esta tribu debió de ser especialmente belicosa y parecía tener muy claro el objetivo de cruzar el Jordán e invadir Canaán. Tal vez por ello acogió gustosa en su seno a los hombres más fieros que encontró en la zona: por una parte a una tribu de honderos ambidiestros de gran puntería y por otra a un pueblo de pastores oriundo del norte de Palestina llamado Bene-jamina, cuyo caudillo tenía el título de Dawidum, (posible origen del nombre David). Éstos formaron la tribu de Benjamín, y formaron con los hombres de Josué una coalición identificada con el nombre de Raquel, una diosa de características similares a las de Lía (tal vez las diferencias de culto Lía / Raquel se usaron como signos distintivos de los dos grandes grupos tribales que acechaban Canaán). La coalición de Raquel se engrosó pronto con las tribus de Dan y Neftalí.
Josué debió de pactar una alianza con las tribus de Lía para facilitar su plan de invasión. La confederación se llamó Israel, que significa algo así como "Dios lucha con nosotros". Hacia 1226, Josué cruzó el Jordán con sus hombres y ocupó una rica franja de tierra a la que llamaron Efraím (región fértil), mientras que Benjamín ocupó la zona inmediatamente más al sur. Probablemente, la tribu original de Josué estaba formada por dos clanes poderosos, uno de los cuales ocupó Efraím y el otro fue extendiéndose hacia el norte hasta tener su territorio propio, al que dio el nombre de Manasés. Así, las tribus de Raquel pasaron a ser tres: Efraím, Manasés y Benjamín. De la federación de Raquel original surgió también una tribu diminuta: la tribu de Leví, que en realidad era una clase sacerdotal que no ocupó más que unas pocas ciudades dispersas. Posteriormente la tribu de Leví fue considerada como una tribu de Lía, en lugar de una tribu de Raquel.
En 1223 murió Ramsés II y fue sucedido por Meneptah, su decimotercer hijo, que ya tenía entonces sesenta años. Meneptah condujo el ejército egipcio a Canaán para rechazar a los israelitas invasores. Como testimonio de la campaña dejó una inscripción según la cual "Israel está arrasado y no tiene semillas". Evidentemente esto era una exageración propia de los "partes oficiales", pues los israelitas seguían allí. Sin duda el faraón no pudo terminar con los israelitas porque se vio obligado a volver a Egipto a marchas forzadas, ya que su reino se encontró con un peligro proveniente de un lugar insospechado: el mar. Hasta entonces el tránsito marítimo por el Mediterráneo había tenido un carácter esencialmente comercial. Es verdad que Creta había desarrollado una armada con la que había impuesto su hegemonía en el Egeo, pero debieron de encontrarse con una resistencia mínima. Los mismos egipcios usaban barcos para transportar sus tropas a Canaán, pero siempre bordeando la costa. Nadie hasta entonces había enviado tropas en barcos para librar una batalla importante lejos de sus costas. La idea de llevar tropas al otro lado del mar debía de ser considerada una locura para los egipcios.
Sin embargo, los griegos micénicos empezaron a aventurarse por el mar con fines militares. Sin duda les llegaron productos exóticos provenientes de tierras lejanas a través del mar Negro, pero esta vía comercial estaba enteramente bajo el control de Troya. Oriente debió de adquirir fama de ser una tierra rica y paradisiaca. En efecto, los griegos tenían una leyenda al respecto, según la cual mucho tiempo atrás un grupo de cincuenta héroes mitológicos capitaneados por Jasón emprendieron una arriesgada aventura hacia oriente en busca del vellocino de oro, la piel de un carnero divino cuya lana era de oro, símbolo de la prosperidad de las tierras lejanas. Embarcaron en la nave Argos, por lo que eran conocidos como los Argonautas, entre los cuales estaba el mismo Teseo, el que venció al Minotauro y liberó a Atenas del dominio cretense, y con él Hércules, y su padre Peleas, y Orfeo, y muchos otros. Respecto a Troya, resultó ser un pequeño obstáculo en el camino pues, cuando trató de impedir el paso a la expedición, Hércules desembarcó, saqueó la ciudad y mató al rey Laomedonte junto con todos sus hijos excepto Príamo, que era el rey a la sazón. Nada de esto tiene visos de realidad. Más bien debemos suponer que estas historias fueron inventadas por los griegos micénicos para animar al pueblo, o tal vez a los aqueos, pueblo tan poco interesado por el mar como Egipto, a lanzarse sobre Troya y acabar con su hegemonía. Las leyendas griegas al respecto hablan de una coalición de Argivos y Aqueos en una expedición contra troya. En principio "argivo" hace referencia a la ciudad de Argos, que era una de las ciudades micénicas más importantes, pero es probable que el término se usara para referirse indistintamente a todos los griegos micénicos. Naturalmente, el casus belli según los griegos no fue tan prosaico como el de borrar del mapa una ciudad molesta. Según la tradición, la guerra se debió a queParis, el hijo de Príamo, se llevó (no está muy claro si por la fuerza o de mutuo acuerdo) a Helena, la mujer de Menelao, rey de Esparta, quien solicitó la ayuda de su hermano Agamenón, rey de Micenas, para recuperarla. A su vez, éstos reclamaron la ayuda de otros reyes, como Ulises de Ítaca o el aqueo Aquiles.Al margen de los detalles poéticos, las tradiciones griegas parecen describir dos facciones en pie de igualdad: los argivos, capitaneados por Agamenón y los aqueos, capitaneados por Aquiles. La ciudad de Troya fue destruida y los griegos convirtieron el acontecimiento en una de sus gestas más memorables.
Las leyendas griegas continuan explicando que, al volver a su patria, los héroes se encontraron con una situación turbulenta. Las fábulas se inclinan hacia sucesos más románticos en torno a adulterios, enevenenamientos y disputas por el poder, pero la realidad histórica subyacente era de otra naturaleza. Los pueblos indoeuropeos se habían ido extendiendo por la europa oriental, eran belicosos y en estos momentos debían de pasar por un periodo de escasez o superpoblación, por lo que se expandían en todas direcciones y desplazaban a su vez a otros pueblos. La Grecia micénica empezó a sufrir el acoso de otro pueblo indoeuropeo, emparentado con los griegos pero mucho menos civilizado: los Dorios. Los dorios tenían armas de hierro, lo que les concedía una superioridad contra la que los griegos micénicos no tenían nada que hacer. Como fruto de estas convulsiones el Mediterráneo se llenó de hordas de piratas que sobrevivían atacando y saqueando las ciudades costeras. Estaban formados por mezclas heterogéneas de dorios, griegos micénicos y habitantes de poblaciones variadas que no encontraron mejor salida que lanzarse al mar. Un grupo numeroso de estos piratas desembarcó en las costas de Libia y se unió a los nativos en un ataque contra Egipto.
Los sorprendidos egipcios, que nunca habían sufrido un ataque por mar, llamaron "Pueblos del Mar" a los invasores, y así se les conoce en la historia. Meneptah consiguió expulsarlos a duras penas, pero el poder egipcio se vio seriamente dañado. De Egipto, los pueblos del mar pasaron a Chipre, desde donde amenazaron las costas de Canaán y de Anatolia.
En 1211 un nuevo faraón, Seti II, se hizo con el trono de Egipto, destronando para ello a Meneptah y casándose con su viuda. Se inicia así una rápida sucesión de faraones débiles que reinan durante breves periodos de tiempo (Seti II reinó cinco años). Al año siguiente, en 1210, muere Arnuwanda III y le sustituye el que iba a ser el último rey hitita: Shubbiluliuma II. La presión de los pueblos del mar se hacía cada vez más insoportable para todos los pueblos del Mediterráneo, a la vez que los pueblos indoeuropeos presionaban a la ya descoyuntada Grecia Micénica por un lado y a los Hititas y otros pueblos de la Europa oriental por otro. Mesopotamia seguía bajo el imperio Asirio, pero tras la muerte de Tukulti-Ninurta en 1208 se sumió también en la crisis que afectaba a sus vecinos. Canaán sufría mientras tanto los embates de los israelitas.
Durante el siglo XII aparece en México la cultura Olmeca. Los olmecas construyeron centros ceremoniales y desarrollaron el arte sacro: altares monolíticos, estelas con bajorrelieves, esculturas. Idearon una escritura jeroglífica y tenían un calendario. Las aldeas aumentaron de tamaño y se construyeron casas sobre plataformas de tierra. Adoraban a deidades jaguares, relacionadas con la lluvia. El control social estaba en manos de chamanes y hechiceros.
Las estepas euroasiáticas, desde el Danubio hasta Siberia, fueron ocupadas por los Escitas, un pueblo indoeuropeo cuya lengua estaba emparentada con la de los arios. Eran ganaderos itinerantes, y sometieron a la población campesina.
Mientras tanto, la mayor parte del mundo civilizado sufría conmociones en mayor o menor medida. Egipto había rechazado a los pueblos del mar, pero tras la muerte de Meneptah cayó casi en la anarquía. Los pueblos del mar pasaron a Chipre, y desde allí atacaron Fenicia. En 1200 arrasaron las ciudades de Tiro y Sidón. En 1191 muere el rey Shubbiluliuma II y, con él, el imperio hitita desaparece de la historia, desmembrado por los pueblos del mar y las sublevaciones internas. No obstante, la cultura hitita no se perdió, sino que se conservó en una serie de minúsculos reinos neohititas que sobrevivieron dominados por una u otra potencia según los tiempos. Al noroeste de Anatolia empezaron a destacar los Frigios. En la Ilíada son mencionados como aliados de Troya, luego ya estaban allí antes de la llegada de los pueblos del mar, pero su auge llegó tras ellos. Tal vez se aprovecharon de los desórdenes o tal vez los invasores ocuparon Frigia y se convirtieron así en "nuevos frigios".
Asiria inició un largo periodo de luchas frustrantes en las que trataba de dominar sin éxito a los territorios circundantes, pero no pudo controlar a Babilonia y, sobre todo, al poderoso reino de Urartu. En realidad Asiria ganaba la mayoría de las batallas, pero sus enemigos se recuperaban más fácilmente mientras estaba ocupada en otros lugares. De todos modos, la situación fue sin duda caótica e incierta para toda la zona.
Por su parte, Egipto logró reponerse temporalmente. En 1186, un gobernante tebano llamado Setnajt, que afirma ser descendiente de Ramsés II, logra unificar todo Egipto y se convierte en el primer faraón de la XX dinastía. En 1184 le sucede su hijo con el nombre de Ramsés III. Mientras tanto la Grecia Micénica iba de mal en peor. Equipados con armas de hierro, los dorios fueron abriéndose paso lentamente sin que los orgullosos aqueos pudieran hacer nada por evitarlo.
Desde Chipre, los pueblos del mar atacaron Canaán y avanzaron de nuevo hacia Egipto. En 1177 Ramsés III logró rechazarlos en la que se considera la primera batalla naval de la historia, pero ésta sería su última campaña. Egipto perdió sus posesiones imperiales. A partir de entonces sus fronteras se redujeron al valle del Nilo. El Nuevo Imperio había terminado. Palestina fue ocupada por los pueblos del mar. Éstos se llamaban a sí mismos Peleset, aunque actualmente se les conoce como Filisteos. El nombre de "Palestina" deriva de Peleset. Los filisteos eran principalmente griegos, una oleada que precedió a la de los Dorios y que fue empujada al mar por éstos, pero al llegar a Palestina se encontraron con una cultura superior a la suya y no dudaron en asimilarla. En poco tiempo habían abandonado su propia lengua y adoptado la de los cananeos (una forma arcaica de hebreo). Esencialmente, los filisteos ocuparon cinco ciudades gobernadas cada una por su propio rey, pero que mantenían una débil coalición. Tres de ellas estaban junto a la costa: Asdod, Ascalón y Gaza, mientras que otras dos estaban en el interior: Ecrón y Gat.
Sin la intervención egipcia, los israelitas pudieron penetrar más fácilmente en Canaán. Poco a poco fueron enfrentándose a las ciudades locales, esclavizando a las más débiles y pasando a cuchillo a las más beligerantes. En cambio, no pudieron imponerse a los filisteos que, pese a ser pocos, tenían armas de hierro. Más aún, los filisteos consiguieron someter a tributo a la tribu israelita de Dan y a otras dos tribus invasoras que sólo más tarde fueron incluidas en la federación de Israel: las tribus de Judá y Simeón. La primera parece estar muy relacionada con los edomitas, mientras que la segunda fue una tribu menor que no tardó en ser absorbida por Judá.
Babilonia había quedado libre de la dominación asiria, pero sus gobernantes casitas no fueron capaces de aprovechar la situación y quedó en la anarquía. Quién sí supo reaccionar fue el antiguo Elam, que envió expediciones para saquear Babilonia. En 1174 los elamitas se llevaron dos grandes reliquias: la estela con el código de Hammurabi y la estela de Naram-Sin.
En 1158 murió Ramsés III, que fue sucedido por una larga serie de reyes llamados todos Ramsés, conocidos como ramésidas. Se abría así un periodo en el que el poder del faraón fue decayendo en favor del poder sacerdotal. Todas las tumbas de Tebas (excepto la de Tutankamón) fueron saqueadas.
Mientras tanto los dorios ocupaban posiciones cada vez más al sur de Grecia y con sus movimientos desplazaban a las tribus eolias. Hacia 1150 una de ellas, la formada por los tesalios ocupó la región en la que se establecerían definitivamente, y que tomó el nombre de Tesalia.
Por esta época la ciudad fenicia de Sidón se había recuperado del ataque de los pueblos del mar y había logrado hacerse con armas de hierro. Las tribus israelitas estaban distribuidas más o menos como indica el mapa. La de Leví era la menor de todas y no ocupó más que unas pocas ciudades dispersas. La tribu de Dan estaba junto a los territorios filisteos, pero un grupo de danitas que no estaba dispuesto a soportar la dominación filistea decidió emigrar hacia el norte, tomó la ciudad de Lais, la saqueó y se estableció en ella, rebautizándola con el nombre de Dan. Judá y Simeón estaban sometidas a los filisteos, mientras Gad y Rubén, al otro lado del Jordán, litigaban con los reinos hebreos de Amón y Moab. Aser, por su parte, quedó bajo la dominación de Sidón. Las tribus del norte (aparte de Aser) tenían menos problemas, y parece que la de Efraím disfrutaba de un cierto liderazgo entre ellas.
Los cananeos del norte aprovecharon el resurgimiento de Sidón para planear una gran ofensiva contra los israelitas. La liga cananea fue encabezada por Jabín, rey de la ciudad de Hazor. La tribu más cercana sobre la que se cernía la amenaza era Neftalí, que a la sazón tenía como caudillo a Barac. Éste debió de comprender que sus hombres no podrían resistir por sí solos a un ejército bien dotado, así que se apresuró a pactar con Efraím. Según la Biblia, por aquel entonces Efraím estaba dirigido por una mujer llamada Débora, la cual (bajo la condición de capitanear el ejército) aportó no sólo sus propios hombres sino también los de las tribus de Manasés y Benjamín (las otras dos tribus de Raquel, al parecer bajo el dominio de Efraím). Puesto que también les afectaba de cerca la amenaza cananea, las tribus de Zabulón e Isacar se unieron a la coalición, con lo que en total fueron seis las tribus a las que se enfrentó Jabín. Los israelitas aplastaron a sus oponentes junto al monte Tabor, destruyeron Hazor y, a partir de entonces los cananeos ya no supusieron ningún peligro serio para Israel.
Hacia 1120 otra tribu eolia, los beocios, se vio obligada a asentarse al sur de Tesalia ante el avance dorio. La región se conoció desde entonces con el nombre de Beocia.
Hacia 1124 un babilonio nativo consiguió hacerse con el poder y puso fin a la dominación casita. Se llamaba Nabucodonosor I. También derrotó completamente a los elamitas. Por un momento parecía que Babilonia iba a dominar de nuevo Mesopotamia, pero no fue así. Por aquel entonces, Asiria también estaba recuperándose. En 1115 llegó al trono Teglatfalasar I, el cual dispuso de un ejército con armas de hierro con el que derrotó a Nabucodonosor I en 1103 y reconstruyó lo que había sido el imperio de Tukulti-Ninurta. Por el oeste llegó hasta Fenicia, donde hizo tributarias a Biblos y a Sidón. La frontera más conflictiva era Arabia. Durante los años de anarquía precedentes, las tribus árabes habían hostigado como de costumbre a Mesopotamia. Ahora Teglatfalasar I intentaba detenerlas. Esta vez se trataba de los Arameos, contra los que Asiria inició una serie de campañas. En general, las campañas contra los nómadas nunca son definitivas, pues los guerreros nómadas se retiran fácilmente y aparecen por otras zonas indefensas, o sencillamente desaparecen hasta que pasa el peligro.
También los israelitas sufrían ahora los ataques de los nómadas de Arabia. Los llamados Madianitas azotaban principalmente a la tribu de Manasés. El caudillo de esta tribu era entonces Gedeón. La Biblia describe una trama con la que Gedeón cuestionó la supremacía de Efraím. Al parecer, Gedeón formó una coalición con las tribus del norte que habían luchado contra los cananeos en el monte Tabor, pero sin dar a Efraím ningún trato preferente. Al contrario, le informó tarde y parcialmente de sus planes, de modo que cuando atacó por sorpresa a los madianitas los guerreros de Efraím no estaban presentes, sino que Gedeón los condujo a los vados del Jordán, por donde esperaba que huyeran los madianitas. Así, Efraím destruyó a los madianitas en fuga, pero todo el mérito recayó sobre Gedeón. Sin embargo, Efraím no acepto la situación e Israel estuvo al borde de la guerra civil. Gedeón tuvo que reconocer la supremacía de Efraím.
Las tribus de Israel tuvieron que enfrentarse cada vez con más frecuencia a luchas internas por el poder. Hasta entonces, cada tribu estaba dirigida por un caudillo o juez elegido por aclamación popular. Esto funcionaba bien cuando los israelitas eran sencillas tribus nómadas, pero ahora el poder significaba riqueza, con lo que cada vez fue más codiciado. Así, con la fama que había adquirido Gedeón era natural esperar que fuera sucedido por uno de sus hijos, así que uno de ellos Abimelec, decidió matar a sus numerosos hermanos para ser el único pretendiente legítimo a la judicatura. Sucesos como estos movieron a algunos israelitas a proponer una monarquía hereditaria que evitara los conflictos en la sucesión. El problema era que elegir un rey podía ocasionar conflictos mucho más violentos que la sucesión de cualquier juez. Entre tanto, las aspiraciones al liderazgo continuaban. En la tribu de Gad surgió un caudillo capaz, llamado Jefté, que consiguió una victoria completa contra el reino de Amón. Por lo visto, Efraím consideró que Jefté no le había consultado debidamente sus planes, por lo que le exigió cuentas igual que lo había hecho con Gedeón. Sin embargo, Jefté no se amilanó, sino que dejó que Efraím enviara un ejército a pedirle cuentas, lo derrotó, e incluso pudo cortarle la retirada por los vados del Jordán hasta aniquilarlo completamente. Esto sucedió hacia el 1100 y así terminó la supremacía de Efraím